cap. 38

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— ¿Empezamos? —

— por supuesto — Ares se colocó a lado de Willy, quien tenía una sonrisa algo extraña

Las manos de Willy se mantenían tras su espalda, sus ojos miraban de reojo a su enemigo, le fascina que sus planes fueran como planeaba, aunque no entendía cómo ese hombre había podido capturar a su esposo, le parecía tan insignificante, aunque nunca lo subestimaria, eso es de idiotas y Willy no es un idiota, Willy sabe perfectamente como son las personas y lo que ocultan, tras la mascara que portan.

Los ojos de Ares también lo inspeccionaba, lo veían de arriba hacía bajo, pues él hombre que tenía aún lado, gritaba peligro, claramente no lo ocultaba, lo supo desde el momento que hablo, cuando esos ojos verdes empezaron a brillar mientras negociaba, pero no veía nada fuera de lo normal, solo un hombre peligroso, como mano derecha del alcalde de un pueblo que lo único que hace es crecer, un pueblo que nació hace un año y que en solo ese año, ya tienen una economía estable y alianzas bien establecidas, sin duda un pueblo peligroso.

— Como puede ver somos un pueblo pequeño — dijo Willy de lo más natural — aunque muy variado en distintas cosas — pasaban por una cancha donde niños híbridos y humanos jugaban entre todos — las ideas de nuestro alcalde no ha a hecho crecer mucho — dijo con un sonrisa filosa, sin mirarlo

— se especializan en minería ¿Verdad? — Ares estaba un poco incómodo, la presencia de Willy intimidaba bastante, era como una presión en su pecho que no lo quería dejar respirar de manera correcta

— no del todo, gracias a las propuestas del alcalde, también somos ricos en agricultura, la mayor parte de nuestra tierra es fértil, fue algo que ya se veía venir, también somos muy fuertes en cuestiones militares claro… para un pueblo chico — seguía sonriendo, de manera descarada, pasaron por donde Mónica entrenaba y vieron cómo cortaba un roble a la mitad, de solo un espadazo, Willy la llamó — ella es nuestra guardiana, protege la puerta principal, también la que se encarga de entrenar a todos nuestros guardias, aunque creo que ya se conoce

— sí, algo así — dijo Ares con una sonrisa extendiendo su mano, Mónica apretó su mano de manera fuerte

— sí, algo así — repitió con un desdén de coraje camuflajeado en desinterés

Willy los separó mirando mal a Mónica disimuladamente, se despidió de ella y siguieron caminando, empezaron a alejarse del pueblo, vieron la montaña rusa, la casa de Luzu y mientras caminaban Ares se agobiaba por lo avanzados que estaban en muchas cuestiones, pero fue la casa de Vegetta lo que le hizo perder el aire, nunca pensó que una casa pudiera flotar Willy lo salvó de caer en trampas para picos que Vegetta tenía ahí.

— Impresionante verdad, es la casa de mi mejor amigo, me disculpó por su descortesía de hoy, es el dueño del casino — hizo una reverencia pequeña, pero Ares no dijo nada solo la seguía mirando — su teoría sobre la gravedad artificial funcionó — Willy sonrió — nada puede tirarla

— es algo impresionante, su amigo tienen un pareja que nos pueda permitir ver el interior, solo por curiosidad — Ares hablo un poco emocionado, pero tranquilo

— si déjenme llamarlo — tomó su teléfono sabiendo que Rubius no contestaría, sabiendo que Rubius estaría muriéndose de miedo y recuerdos, no pudo evitar reírse un poco — que raro no contesta, esperó no le haya pasado nada

— no se puede defender o está enferma — dijo Ares intrigado

— es un hombre, él es un buen amigo mío, vino al pueblo buscando refugio y se lo dimos, es alguien muy débil, se la pasa encerrado todo el tiempo, le da miedo el exterior y los extraños — Ares seguía mirando la casa, Willy lo miro con odio

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