cap. 36

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— ve con cuidado

— no te preocupes, te prometo salvar a mi mano derecha, encargate de Luzu — le dijo a Lana — vamos Kristina — la mujer asintió y los dos salieron con sus chocobos

Volaba por los alrededores de Karmaland, ocultándose de la vista de los guardias, su Chat le pasaba la información que obtenía Alexby, él se tenía que infiltrar en las plantas de esclavos, junto con Kristiana; por la información que había recopilado Alexby, eran muchos toda la ciudad es cazadora, lo que significa que aquel ejército solo era una parte de la ciudad y por lo que contaba Lana, una muy pequeña parte.

Tomó el camino largo para llegar, en Chocobo se llegaba más rápido que con cualquier otro animal, pero aún así era tardado, pensaba en cómo se veía Auron, estaba molesto, su amigo le había contado su historia hacía mucho tiempo, sabía que no quería que Luzu se enterara de su pasado, por eso dejó de ir a visitar a su madre, no quería estar atado al pasado teniendo ya una familia, a él tampoco le gusta recordar pero aún así tienen un Acuario en su casa, que hace que pierda la cabeza, todos los días, escucha a su hermanas cantar y reírse de él, puede entenderlas, también matarlas si se lo dispone, no le importa, también a ellas les encantaría cortarle el cuello.

Su padre no fue una buena persona, su madre lo despreció y al final los terminó asesinando, ninguno de los dos se merecían vivir, eran escoria sin valor, la sirena que le dió a Luz lo intente ahogar, con solo 6 años.

Llegó a su destino, sonrió normal, se soltó el cabello, Kristina recitó un hechizo para que los dos se vieran completamente diferentes, tenían unas horas para destruir, desde adentro toda una ciudad, se metieron a las cuevas de esclavos, Lolito se juntó con unos niños que estaba ahí y Kristina ocultó sus explosivos entre las cuevas, se habían colado entre los nuevos esclavos que traían, fueron puestos a trabajar desde que llegaron, les pusieron los collares de descarga, sin mencionar que los guardias, los manosearon en lo que les ponían el collar.

— no puedo matarlos verdad — susurró Kristina a Lolito — tengo muchas ganas

— no aún no, tenemos que esperar a Mangel y a Staxx — Lolito dijo bajó y siguió trabajando — quieres que lo cargue por ti

— no estoy bien — siguió cargando la carretilla, llena de tierra

En lo que trabajaban Kristina dejaba explosivos en zonas específicas, Lolito le informaba sobre un número aproximado de guardias y los tiempos que tenían y poco a poco esa ciudad se iba convirtiendo en el campo minado más grande del mundo.

En lo que trabajaban Kristina dejaba explosivos en zonas específicas, Lolito le informaba sobre un número aproximado de guardias y los tiempos que tenían y poco a poco esa ciudad se iba convirtiendo en el campo minado más grande del mundo

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No tengo escusas.
No tenía ganas de escribir.
No pude escribir mucho de ellos, entran más en el tercer acto.

Aunque ya nos a hacercamos, letamente a la pelea central de todo.

Espero lo hayan disfrutado.

Te amo Where stories live. Discover now