La perdí

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Tenía miedo de que te fueras
y te fuiste...
Un miedo menos.

Andrés Ixtepan

Liam

El sonido de mis pisadas retumba dentro de mi cabeza. Ni siquiera soy consciente de estar moviendo las piernas, pero el portero me mira con cara de sorpresa y entro al ascensor, así que supongo que estoy caminando. Ya en mi ático las puertas de metal se abren y me recibe un silencio salpicado de lujo. Me parece ridículo lo espacioso que es. Solo vivimos aquí tres personas y casi nunca recibimos visitas, ¿para qué los dos sofás? Debo haberme sentado quizá una o dos veces en ellos. La mayor parte del tiempo estoy en mi despacho. Miro el tapizado, demasiado claro para mi gusto, pero a Lily le gustó y a mí me dio lo mismo. Me dejo caer en uno de ellos, en el de la derecha que es el más cercano al elevador, apoyo los codos en mis rodillas y observo las manchas de suciedad que mis pies descalzos pintan en el caro tapete hecho a mano. 

—¿Vas a estar bien? —pregunta mi hermano ofreciéndome una botella de agua que buscó antes en la cocina, luego mira su reloj—. Si quieres puedo quedarme un rato.

Agito la mano rechazando su ofrecimiento. Lo último que quiero es que me vea así.


—Lárgate.

Deja la botella sobre la mesa de centro, después escucho la madera crujir bajo su peso. Se ha sentado frente a mí.

—Dale tiempo. Espera unos días y trata de hablar con ella. Tienen que llegar a un acuerdo por el bien de ese niño. A menos que... —no termina.

Lo miro a los ojos, sin decir nada, sin siquiera abrir la boca; escuchó demasiado en el departamento de Camila para mi gusto. Lo que encuentro en su mirada no me gusta; es azul igual que la mía, pero la suya está teñida de una lástima que me enferma. No soy un puto perro.

—Lárgate —le repito.

No lo hace de inmediato, pero luego de un duelo de miradas asiente y se pone de pie.

—Hablé un poco con él antes de que la amiga de Camila se lo llevara, me pareció un niño muy inteligente. Ya sabe que soy su tío. —Aclara su garganta, incómodo—. Tienes que hablar con nuestros padres, ellos querrán saber de él.

¿Ahora me va a decir él lo que tengo que hacer?

—¿Por qué sigues aquí? 

—Liam..., no puedes escapar de esta conversación. Yo... Las cosas que escuché hoy... Debiste decirnos. Tienes que...

—¡Deja de hablar y lárgate! —Apunto con mi mano el ascensor.

Tuerce la boca con impaciencia, mirándome desde su altura. No parece dispuesto a irse así que yo también me levanto, sintiendo por primera vez el escozor en la planta de mis pies; un dolor diferente al que se cocina a fuego lento dentro de mi pecho. Ninguno me gusta, prefiero el hueco en el centro de mi estómago, ese agujero que se ensancha con cada gota de acidez que cae debido a la ira. Estoy furioso; con Owen, con mis padres, con Camila por no entender. Le dije que dejaría a Lily, compré una casa para nosotros, ¿qué más quiere de mí?

Ignoro a mi hermano y paso junto a él de camino a la ducha.

«No me avergüenzo de Axl».

¿De dónde sacó eso?

¿Es tan difícil entender que necesito tiempo?

¡Es mi hijo!, por supuesto que no me avergüenzo de él. ¿Cómo se atreve ella a acusarme de algo así? Debió entender, ponerse en mi lugar. Pero como siempre es exasperante e irracional. Terca. No le basta con consumirme, con meterse en mi cabeza y que sea todo en lo que pienso. ¡No tiene suficiente con ese maldito aleteo que provoca en mí cada vez que la veo! Quiere más, siempre más; me siento estúpido por su culpa y sigue sin bastarle. ¿Quiere ahora también que presuma de ello? Y que si me avergüenzo me pregunta, y tiene el descaro de sentirse ofendida. ¡Por supuesto que me averguenzo!; este no soy yo, ni siquiera me conozco cuando estoy con ella. No la soporto, la odio, joder, y odio lo mucho que la amo. Y el estúpido de Paul, esto también es su culpa; está tan enamorado de la interesada de su secretaria que nunca tuvo tiempo para mí. Todos son culpables; mis padres, mi hermano, Lily por aparecerse sin avisar. Lo echaron todo a perder. Pero Camila..., ella debió darme otra oportunidad. No debió decir todo lo que dijo. 

Nunca digas que no te supe amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora