Bailando se vive mejor

128 15 1
                                    


Y me di cuenta del espacio que ocupa la esperanza...
...y el vacío que queda cuando no está.

Elisabet Benavent

Camila

Los últimos días han sido difíciles. Ver a Liam después de lo que me hizo, ocultar mi dolor y mantener una máscara indiferente, me ha enfermado. He perdido peso, duermo poco y mi interior convive con una rabia y una angustia permanente. Aunque también he descubierto que, con esfuerzo y acidez estomacal, soy capaz de cierto grado de autocontrol. Ya no lloro; ayuda poco, me irrita los ojos y me deja dolor de cabeza. En realidad trato de no pensar, porque si lo hago vuelvo a llorar y la ansiedad me consume. Lo más doloroso y por lo que más le guardo rencor, es verlo llevarse a Axl. Lo ha alejado de mí, aunque fui yo quien se lo pedí. Y lo que antes dibujó una sonrisa en mi rostro, hoy me hace doler el estómago; como la emoción de Axl al verlo llegar, y esas cosas que solo quiere compartir con él. Antes yo era su mundo, ahora debo apartarme porque no quiere que escuche lo que tiene para decirle a su padre. Traicionada podría acercarse a describir como me siento. Me he convertido en la bruja del cuento de mi hijo; soy la que imparte castigos, quien profiere regaños y lo obliga a cumplir con sus deberes; Liam es el papá divertido con el que mira películas y sale al parque. Quizá Liam y yo siempre estuvimos destinados a hacernos daño, incluso cuando no queremos; amarme no le hace feliz, y yo no puedo odiarlo.

Detesto la forma en que me mira, lo que me hace sentir, porque ahora sé que está manipulándome, y no puedo evitar preguntarme cuántas veces lo hizo. Y lo aborrezco porque me hace odiarme, porque me hace sentir tonta, y absurda. Yo no soy ninguna de esas cosas. Preguntas, fue lo único que quedó de los dos. ¿Alguna vez realmente me amó? Me gusta creer que sí, que eso no fue una mentira y que yo no fui tan ingenua de creerla. En mis momentos más optimistas pienso que no quiso hacerlo y sin embargo no pudo evitarlo; por eso me castiga. ¿Ya dije que me siento absurda? Y detrás de toda mi decepción, la confusión, mi furia y tristeza, se encuentra un corazón que, a pedazos, continúa latiendo al verlo. Y regreso al punto de partida, con los ojos aguados, sin saber muy bien qué hacer y cómo sentirme. Me encuentro dentro de un fango que cuanto más pataleo más me traga, al igual que Eva. Mi amiga está tanto o más destrozada que yo. Al menos yo tengo a Axl, ella solo me tiene a mí y siendo honesta eso no es mucho. María sigue sin saber de su separación y, por si algo le faltara, ésta cayó en cama a causa de la profunda depresión que la aqueja desde que murió su esposo. Fue necesario hospitalizarla y esto lejos de ayudar, parece que empeoró todo. María cada día se abraza más a la nostalgia y su hija está a punto de quedar en los huesos, tiene la mirada hundida y sólo toma una ducha si yo se lo indico; es como cuidar de una niña.

—Deberíamos salir a tomar algo —le propuse un par de semanas atrás—. Quizá bailar un poco...

No quería presionar mucho, y luego de un largo silencio creí que ni siquiera me escuchaba, hasta que dijo:

—Sí, deberíamos tomarnos algo.

Siguió con la mirada extraviada, pero aquella tarde se bañó sin que yo tuviera que pedírselo, así que lo tomé como una señal. Sin embargo ninguna se movió, ambas permanecimos en el sofá y continuamos comiendonos la cabeza. 

El pitido de mi móvil me obliga a parpadear, solo entonces me doy cuenta de que he derramado una lágrima. Es increíble la cantidad de agua que podemos exprimir de los ojos.

Es una notificación, Lex ha posteado una foto suya con el público de fondo, Calvin y Rocco le acompañan. En el texto se puede leer: simplemente gracias. Siempre hace eso después de cada concierto. Alguien debería decirle que cuando todos son especiales, en realidad ya nadie lo es. Le urge un community manager, es obvio que Scott no hace bien su trabajo y ahora sabemos por qué. Se ve muy guapo así, con el cabello húmedo por el sudor pegado a la frente. Su camisa negra acentúa el bonito gris plomizo de sus ojos. Su boca, grande y de labios delgados, muestra una sonrisa satisfecha. No puedo evitar sonreír también, indecisa. ¿Su belleza radica en la discreción de sus atributos o en la crudeza de ellos? Si algo tengo claro es que a primeras guapo no te parece, pero luego de un parpadeo no puedes dejar de mirarlo.

Nunca digas que no te supe amarTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang