Desde que te ví...

133 9 0
                                    


Todavía recuerdo.. El día en que te conocí... 


Ese día había una nevada lo suficientemente fuerte para que mi padre no fuese a trabajar. Yo estaba mucho más que feliz por eso, casi nunca lo veía por el tipo de trabajo que normalmente hacía, pero agradecía eternamente esos pequeños momentos.

Por alguna razón, desde esa mañana sentía como si todo estuviese a mi favor, un lindo día, mi padre en casa, y lo mejor de todo, es que saldríamos a pasear por el parque más cercano. 

Rápidamente me alisté colocándome una polera de cuello alto negra, con una chaqueta un tanto grande para mí igual de negra, siendo el único contraste del tono oscuro, mi bufanda, la cuál era completamente blanca.

Salí junto a mi padre bastante emocionado, nada podía arruinar ese día libre y para mi suerte, no fue así. Al llegar al parque, todo se encontraba tranquilo, la nieve caía ligeramente sin parecerse una gran tormenta por el momento. 

Como siempre he sido bastante curioso y calmado, saqué mi libro de apuntes para inspeccionar los insectos que me encontraba por los arbustos. No se si a mi padre le desagradaba esta actividad mía, pero me servía para controlar un poco mi magia.

Desde que nací, por alguna extraña razón he podido invocar extrañas criaturas que me ayudaban cuando estaba en peligro, cambiaban de tamaño dependiendo de cuanta magia podía controlar.

Mi criatura favorita la cuál casi siempre invocaba, era un Perro Demonio el cuál lo llamé como "Hartwin", mi valiente amigo, el que siempre me ayudaba para todo, hasta para mi soledad.

Ese día cuando nadie veía, lo volví a invocar, a mi padre no le molestaba para nada su presencia, es más, le agradaba tanto como a mí. Según él, un perro que no pide comida, me protege, es mi mejor amigo, es el perro perfecto, y no lo culpo.

Saqué mi lápiz con cuidado comenzando a dibujar algunos insectos congelados que me encontraba, con ellos podía invocar nuevas criaturas para poder jugar, pero mientras veía los arbustos con cuidado, me encontré con una extraña estrella blanca rodeada de algo azul.

Alemania: —¿Qué..?—  algo extrañado, guardé mis cosas de regreso a mi maleta para adentrarme de a poco en los arbustos, hasta quedar en medio de ellos junto a Hartwin. Ya estando dentro, miré nuevamente el lugar donde había encontrado de esa estrella sorprendiéndome por el resultado, eras tu.. —¿Una niña..?—  a pesar de estar algo sorprendido, me acerque a ti lentamente tratando de no asustarte, parecías estar llorando por algo, pero en ese momento, no tenía idea del por qué estabas tan triste —Hartwin..—

Alcé un poco mi mano tratando de agarrar a mi perro demonio, pero este simplemente se acercó rápidamente a ti hasta derribarte al suelo, me asusté mucho en ese momento, pues con extraños era bastante sobre protector y un tanto violento, pero contigo fue demasiado diferente.

Al acercarme algo asustado, me sorprendí bastante al ver como, mi perro demonio que podría llegar a tener tres cabezas, el mismo perro demonio que puede doblegar el tamaño de un adulto con suma facilidad... Estaba lamiéndole y haciéndole cariñito a la pequeña niña.

Alemania: —. . . Pero si se trata de mí, no me das ni un poco de tu amor ¿No?— solté una notable risa a la vez que me sentaba en el suelo, Hartwin terminó soltando a la pequeña un poco logrando que se sentara, pero aún seguía rodeándola completamente, hasta se llegó a apoyar en su cabeza —Jaja.. Es la primera vez que él reacciona así con cualquier persona— la miré esperando una reacción similar, pero ella solo se acercó más a Hartwin mientras seguía llorando en silencio —Oye.. ¿Estás bien? ¿Por qué lloras? —

Mi lejano futuro (Rusper)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora