Capítulo 20: Tiempo

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Narra Perú:


Todo comenzó una mañana del viernes, como siempre tuve que levantarme y alistar todo el desayuno junto con sus almuerzos, nada fuera de lo común. Siempre me despierto a las 5 de la mañana, mucho antes de que el sol aparezca por el horizonte.

Al terminar con todo, apenas eran las 6 de la mañana, momento perfecto para agarrar rayos del sol y meterlo en una botella, sigo teniendo la costumbre de vender luz del sol a brujas y hechiceras que lo necesitan. Lo hago desde que soy niña, así conseguía dinero fácil para sobrevivir días sin que nadie me molestara, claro, antes de conocer al señor España.

La cuestión es, descubrí que la luz del sol fresca de cada mañana era la más codiciada, lo que significa que podría venderlo a un mejor precio, 30 dólares en un frasco de 15, un precio razonable si se traba de un poco del sol, o eso siempre me han dicho.

¿A su padre no le va a molestar que haga ese tipo de cosas Princesa?

Escuchar a Sunn hablarme tan temprano no me animaba en lo absoluto, no es que me valla mal el día, es que él no lo mejoraba ni un poco, y exactamente ese día, no me sentía del todo bien, y ni siquiera sabía el por qué, día malo supongo.

Perú: —Déjame sola Sunn, no quiero nada, y no te interesa lo que hago..

Respondí con ostilidad, esperando a que Sunn se valla, sin embargo, solo se acercó un poco más mirándome con reselo ¿Qué esperaba de mí? ¿Qué no hiciera eso? ¡Por favor! En este mundo, si no tienes un poco de dinero, mueres.

Sunn: —Su majestad... No debería de hacer este tipo de cosas, quizás-..

Perú: —Cierra la boca ¿Quieres? Sonne es muchísimo mejor en su trabajo que tu, Sunn

Sunn: —Princesa, no es necesario que sea tan cruel... Solo le estaba diciendo que su padre quería hablar con usted a medio día, eso es todo

Perú: —Pues dile que no, no me interesa hablar con él, más bien, no quiero verlo ¡¿Entendiste?! Así que déjame sola, y piérdete

Sunn: —Pero es que-..

Perú: —¡¡Piérdete!!

Agarré los frascos con luz del sol metiéndolos rápidamente en mi mochila, para retirarme de mi hogar bastante fristrada ¡¿Pero qué demonios se creía Inti?! ¡¿Qué podía ser su muñeca para llamarme a la hora que se le plasca?! Tenía un examen a esa hora, que se valla por completo a la mierda, no me interesa en realidad.

Aquellos frascos los dejé con sus respectivos pedidos, como vendí unos 30 en total, llegué a ganar 900 dólares ese día, dinero fácil para mí, después de todo, esa posión las brujas la utilizaban para la juventud eterna, cosa que hacen comprar regularmente mis frascos.

Por otro laod, mi día en la escuela resultó ser más relajante de lo que pensé, nadie me molestaba, los maestros no me hacían preguntas tontas, y mis hermanas no causaban problemas, día tranquilo, supongo. Lo único malo fue, que por alguna extraña razón, el examen lo adelantaron una hora, y como para mí era muy sencillo, a las 11:50 de la mañana, ya había acabado por completo, y podía subir a la azotea.

Mi lejano futuro (Rusper)Onde histórias criam vida. Descubra agora