Mi lejano futuro (Rusper)

Capítulo 41: Elección

Un sepulcral silencio se había echo en la sala, ni siquiera el kazajo sabía que decir, su pequeña, su amada ¿Se había sentido tan abandonada todo ese tiempo? No pensó que su cumpleaños había sucedido de esa forma, y si no fuera porque su hermano cuidó de ella, pudo haber caminado toda la recta de la academia hasta el hogar español, completamente sola, empapada y enferma.

— ... Yo-... Yo no tenía ni idea de que te sentías de esa forma... — cubrió su rostro con una mano sin saber que hacer, no le había mencionado aquello, nunca dijo nada al respecto ¿Por qué? ¿Por qué solo se calló? Si le hubiera hablado, nada de eso hubiera sucedido — Tu-... Nunca dijiste nada... —

— ... Supongo que fue mi error... — agachó su mirada por unos segundos antes de alzarla — Pero nada hubiera cambiado... Tal vez no haya tenido una buena explicación para elegir a Ucrania primero, solo sé, que quiero estar con él, y que siempre lo elegiré a él... —

— ¿Por qué? — reclamó, acercándose a ella buscando alguna explicación, cosa, que ella no pudo responder — Solo quisiera saber el por qué... ¿Qué tiene mi hermano que yo no tenga? —

— Ah-... —

— Que no se te ocurra decir lo que estoy pensando Mala, hablo en serio... — mencionó el eslovaco cruzándose de brazos, esto dejó un poco intrigados a los presentes, hasta causar la risa de la guatemalteca.

— Oh vamos, me lo dio en bandeja de oro ¿Cómo no aprovechar este momento? — intentó aguantar su risa hasta que se escuchó una carcajada por parte de la rumana.

— Por favor, seriedad ante todo Mala... Sobre todo, con la diferencia de-... — rápidamente el coreano le tapo la boca a la rumana, el igual aguantando la risa.

— Podemos hacer esto, por las buenas, o por las malas, así que, por favor, que nadie más vuelva a mencionar el tremendo pa-... —

— Parafraseando tampoco servirá de nada Corea, son cosas que pasan y ya, y por favor, que nadie vuelva a mencionar la-... — volvió a interrumpir el eslovaco a la guatemalteca, esperando terminar con ese asunto, que la gran mayoría no entendía.

— ¡La baja autoestima que cualquier hombre podría tener con solo mencionar la frase! Así que Mala, por favor, no termines con eso ¿De acuerdo? —

— Mph~... — la sueca, perdida en sus pensamientos, alzo su mano para poder hablar — ¿Están hablando de su sal-...? —

— ¡¡SUECIA!! —

Gritaron al unisonó silenciando al instante a la rubia, antes de que la guatemalteca se acerca a su amiga, le susurre algunas cosas, la sacuda, y le dé su celular.

— Ten, mira, Mario Kart, juega — le dio la vuelta sentándola en uno de los lugares, dejando a su amiga emocionada con su juego — Me sorprende que pueda convencerla con eso... —

— Si... Déjala, ama los videojuegos ¡Y tú! Deja de pensar en eso y concéntrate en lo importante, como tu abogado, a medias, debes de concentrarte en eso, no le hagas el "Disociar" ¿De acuerdo? —

— Ay... Me gusta disociar... Además ¿Cómo no pensar en eso ya que me lo mencionaste? Es como comparar a Alastor contra Vox, por supuesto que Alastor gana y de sobra, y tu lo sabes, todos lo saben, y es demasiado obvio —