4. Cada vez que te acercas a mi

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Lunes

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Lunes. 16.00. Derecho Civil

Estar esperando que llegue esta clase durante todo el día es patético. Peores cosas se han visto, digo yo. Este fin de semana ha sido aburrido. Mis dos influencers se fueron de fiesta a una casa rural y he tenido el piso para mi sola. Así que he aprovechado para ver lo que me ha dado la gana en la tele y para alimentarme de comida muy basura. Sobre todo he disfrutado de la soledad de mi piso. Ni ganas de salir he tenido.

Miro el reloj de mi muñeca y la clase ya tenía que haber empezado. Me llevo el bolígrafo a la boca mientras espero que Pilar, nuestra profe de Civil, entre por la puerta. Es de las pocas asignaturas que me gustan. La única que tolero. También es porque está Rodri y la hace más atractiva.
Como él, claro.

- Se está retrasando hoy la Pili, ¿verdad?

Trago saliva y giro mi cabeza al sentir la presencia de Rodri a mi lado. Como si me hubiera leído el pensamiento. Le doy una pequeña sonrisa y él me la devuelve. No puedo evitar aspirar con disimulo su aroma. Joder, que bien huele. Y que lindo es de cerca. Y encima se ha sentado a mi lado. Que suerte tengo hoy.

- Pues sí. Y mira que ella es puntual -le respondo cruzando mis brazos y así puedo apretar mis dedos para que no me tiemblen.

- ¿Crees que nos dará hoy el resultado del examen?

- Pienso que no. A no ser que haya estado todo el fin de semana corrigiendo...

- No lo descartes... ¿Qué tal tu finde? -Rodri me mira algo curioso mientras yo cojo aire apretando mis labios.

- Bueno, nada especial. Estudiando y eso, ¿y tú?

- Pues con partido el domingo, jugamos contra la Ponferradina...

- Ostras, es verdad, ganasteis, ¿no?

- 0-1. Un partido muy difícil...

La puerta de clase se abre entrando Pilar por ella. Se excusa por llegar tarde y deja sus cosas encima de su mesa. Abre su libro y empieza a explicarnos el tema de hoy. Apoyo el codo en la mesa y pongo mi mejilla sobre mi mano derecha. Lo estoy mirando de reojo. Lo estoy haciendo. Pero es que no me esperaba que fuera a sentarse a mi lado. Y ocasiones así, pocas en la vida.

Rodri está muy atento a la clase. Su oscuro flequillo le cae un poco por encima de la frente, haciéndolo aún más atractivo. Puedo ver como respira lentamente y como se muerde la comisura de los labios mientras escribe en sus folios. De pronto, su mirada se desvía lentamente hacia la mía y yo miro rápidamente hacia el frente deseando que no se haya dado cuenta de que lo estaba mirando.

- ¡Qué tontería casarse por la iglesia y luego encima pedir la nulidad matrimonial! -Rodri se acerca un poco más hacia mí hasta que puedo sentir casi su aliento en mi mejilla.

Giro mi cara algo nerviosa para encontrarme con sus ojos almendrados que me miran con calma. Ahora mismo todo mi cuerpo es un torbellino de emociones y siento que tengo que coger mucho aire para respirar. Cuando leía en mis novelas románticas que a la protagonista le sucedía esto, me reía porque pensaba que no podía ser posible, pero lo es. Cada vez que Rodri se acerca a mí, desata toda una batalla en mi interior. Como si un puto huracán me diera una vuelta completa.

𝑷𝒊𝒆𝒏𝒔𝒂 𝒆𝒏 𝒎𝒊Where stories live. Discover now