Rodri, joven promesa del fútbol y estudiante universitario de Económicas.
Luna, su compañera de clase. La primera vez que se aleja de su casa. De su lugar seguro.
Unos apuntes.
Una mirada.
Una invitación...
Y todo su mundo acabará patas arriba...
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Lunes. 15.30. Piso de estudiantes. Calle Central
Estoy terminando de peinarme en el cuarto de baño. Rodri vendrá a buscarme en diez minutos para ir juntos a clase. Desde que estuve en su casa hace un par de semanas, me he quedado a dormir muchas más veces, incluso entre semana. Mientras él se va a entrenar, yo aprovecho y estudio o bien en su cuarto o en la salita de arriba. Y la verdad es que se agradece tener tanta tranquilidad. Estoy muy a gusto en su casa y con él... ¿Qué puedo decir? Se me ocurren un montón de cosas y todas son buenas.
Termino de recogerme el pelo y voy a la cocina para coger una botella de agua pequeña. Anabella y Elba están sentadas comiéndose una ensalada mientras se ríen.
- Ya que tú no me quieres dar el teléfono de Rodri, me las he tenido que arreglar yo sola para conseguirlo -me giro para mirar a Anabella, la cual me sonríe de manera triunfal.
- Ya te dije, que yo no voy por ahí dando teléfonos de nadie sin su permiso -le contesto de manera seca.
- Da igual. Me lo ha dado un compañero suyo. No te necesito para nada, Lunita.
- Ni yo a ti, Bellita -le respondo en el mismo tono. La imbécil saca su teléfono y marca lo que creo que es el número de Rodri. Y yo, como buena novia celosa que soy, me quedo a escuchar lo que pasa mientras me hierve la sangre.
- ¿Rodri? Si, hola, soy Anabella, la azafata... ¿Cómo estás?... yo bien... esto -Anabella se muerde los labios mientras habla con mi novio y a mí me dan ganas de pegarle una buena hostia. Aunque, tengo la incertidumbre de sí él será capaz de quedar con ella y no decirme nada. Que como posibilidad...- te llamaba por si te gustaría que quedáramos el viernes por la noche, los dos solos, claro...
Anabella empieza a sonreír, y yo a maldecir. De pronto, su cara cambia frunciendo el ceño y empieza a ponerse como un tomate.
- Vaya, no sabía que tenías novia. Llevarás poco en ella, ¿no? -sigue diciendo Anabella mientras a mí me dan ganas de reírme en su puta cara- pues nada, otra vez será. Si la dejas me avisas. Chao.
Anabella cuelga el teléfono y yo cojo mi botella para largarme intentando aguantarme la risa.
Luna 1 - Anabella 0 patatero.
- ¿Tú sabías que Rodri tenía novia? -me pregunta ella con la voz furiosa.
- Yo no llevo su vida social -le respondo con ironía.
- Necesito que averigües quien es la zorra que está con él -abro mis ojos alucinada y aprieto mis puños a ambos lados de mis caderas. No sé quién me sujeta para no arañarle la cara de puta que tiene.
- Y yo necesito que me dejéis dormir por la noche... todas tenemos problemas.
Salgo de la cocina y cojo mi bolso que está encima del sofá. Escucho el arrastrar de la silla y como Anabella viene detrás de mí muy enfadada.