40. Lo que me dio el destino

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Martes

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Martes. 10.00 de la mañana. Casa de Nuria y Marco Asensio

Finales de Enero

Me llevo la mano a la boca y mis ojos empiezan a aguarse. Quiero llorar mucho. Gritar o lo que sea. Y destrozar cosas. Miro a Nuria y ella abre sus ojos también muy sorprendida, pero a la vez, intenta darme una mirada tranquilizadora.

- ¡No puede ser! - le digo sentándome en la silla. Porque como no me siente, me voy a desmayar.

- Lo es. Te has hecho tres test, Luna.

Llevo mis manos a la cara y entonces si, entonces me pongo a llorar. Mi amiga viene hacia mi y se sienta a mi lado mientras yo me abrazo a ella. Siento la mano de Patricia en mi espalda y la escucho sentarse al otro lado.

- Luna - me dice ella quitándome el pelo de la cara- tranquila, cariño.

- ¡Tengo 19 años! ¡19! ¡Y estoy embarazada! Joder. Voy a denunciar a los que fabricaron las putas pastillas.

Sigo llorando y ellas intentando consolarme. Tenía una ligera sospecha de que podía ser esto lo que me pasaba. Un retraso de 10 días que lo achacaba al fallecimiento del que era mi padre y a la búsqueda del de verdad. Pues nada, ahí  lo llevas Luna Sierra. Casada a los 18 y madre a los 19. Soy un partidazo, si  señor. 

-  ¿Estás más tranquila? -Nuria acaricia mi frente y yo le  intento sonreír como puedo.  Pero es que ni eso me sale

- No, no lo estoy. Dios. ¿Y ahora como se lo digo a Rodri? Lo va a flipar, pero a flipar de verdad -le contesto empezando a ponerme de nuevo nerviosa.

- ¿Crees que no va a querer ser padre? -me pregunta Patricia torciendo el gesto.

- ¡Tonterías! -contesta Nuria- Rodri está loco por ella. Claro que va a querer ser padre.

- Y si... -le digo yo algo dudosa.

- Y si nada -Nuria se levanta y me coge de la mano para que lo haga yo también-  ahora mismo nos vamos a la tienda esa del centro que tiene esas cosas tan monas y le compras algo para decírselo de una manera guay.

- A esa no -dice Patricia levantándose también- que yo compré una vez un regalo para Marcos y antes de dárselo ya sabía to dios lo que era. Tengo un amigo que tiene una tienda de regalos personalizados en Alcobendas. Iremos allí.

Me encanta cuando Patri se pone en plan mandona. No hay quien le proteste. Me pongo en pie y salimos las tres de la cocina de Nuria. Cojo mi chaqueta y me quedo pensativa unos segundos.

- ¿Qué? -me pregunta Nuria viendo mi cara.

- En Nochebuena. Fue en Nochebuena -le respondo cogiendo aire y dejándolo salir despacio.

- ¿En serio sabes cuando fue? -dice Patricia riéndose.

- Si, lo sé. Fue un polvazo de la hostia -me pongo mi chaqueta y Nuria abre la puerta para que salgamos. Se me queda mirando y se empieza a reír a carcajadas.

𝑷𝒊𝒆𝒏𝒔𝒂 𝒆𝒏 𝒎𝒊Onde histórias criam vida. Descubra agora