24

3.8K 348 71
                                    

Ahora.

Hace unos días, Tom dijo que debería visitarlo en el departamento y que él contactaría a Connor para que me visite ahí. Es gracioso que mi hermano tenga su número y yo no, sobre todo considerando que en un principio le desagradaba por completo su presencia, pero yo jamás le pregunté por su número o formas de contactarlo porque me gustaba que apareciera de sorpresa. Coincidentemente me visitaba en los días que más necesitaba compañía tranquila.

Frunzo los labios y me muerdo el inferior mientras espero a que mi hermano abra la puerta. No sé si mi nerviosismo se debe sólo a volver a ver a Connor o si regresar a este departamento como una simple visita me está causando sensaciones extrañas también.

—Pero si es mi melliza favorita —dice mi hermano y me abraza.

—Bobo —murmuro riéndome y apoyo la barbilla en su hombro.

—Venga, entra.

Todo en la sala está igual que cuando volví a casa de papá. Ni siquiera mi barniz de uñas y mi tarro de monedas han sido removidos del mueble junto al sofá. Olvidé llevármelos ese día y luego he olvidado pedirle a Tom que los lleve cuando va a cenar con nosotros. Supongo que él tampoco lo ha notado.

—¿Qué es ese olor? —pregunto arrugando al nariz.

Tom se ríe nervioso y se rasca la nuca.

—Estaba intentando hacer pizza, pero la primera se quemó un poco en el horno. Acabo de meter el segundo intento y por ahora lo tengo bajo control.

Me golpeo la frente con una palma y me río, negando exageradamente con la cabeza.

—Al menos lo intento, no como alguien —se burla él desde el mostrador de la cocina.

—Nadie nunca me hará cocinar y no hay nada que puedas hacer al respecto, Tomislav —sentencio y me dejo caer sobre el sofá mostaza. Suspiro y rasco la superficie, sonriendo. He extrañado este departamento más de lo que creía.

—Considérate afortunada entonces, ¿qué habrías comido en todo el tiempo que vivimos solos?

—Gracias por cocinar para mí —le digo con falsa pereza—. Ya veo por qué eras el favorito de mamá.

—No arruines el día, vamos bien hasta aquí —replica con tono molesto y frunce levemente el ceño. 

Inmediatamente me quedo en silencio, de pronto cayendo en la cuenta de que, si bien yo he tenido problemas de depresión, no soy la única que ha sufrido en mi familia. Todos lo han hecho. Y se me rompe el corazón al imaginar a Tom solo en este departamento, con todas las cosas que han sucedido y los pensamientos atormentándolo por las noches.

—Hablé con Connor esta mañana —dice de pronto. Lo miro expectante mientras él se mueve de un lado a otro, abriendo y cerrando cajones.

—¿Vendrá?

No responde hasta encontrar el corta pizza, entonces lo levanta con orgullo y me mira sonriente.

—Sí, vendrá. No quería verte, pero aceptó cuando le dije que habría pizza.

Le lanzo una mirada de odio y enarco una ceja.

—Estoy bromeando. Estaba feliz de saber de ti.

Sonrío con timidez y me quedo tranquila, esperando a que Tom termine de preparar esa pizza y que Connor aparezca. Por momentos creo que olvidará venir, o que simplemente se arrepentirá a último momento, pero al fin suena el timbre y todos mis sentidos se ponen alerta. 

Tom sale de la cocina para abrir la puerta y yo corro para ir a abrazar a Connor en cuanto da un paso dentro del departamento. Él me abraza también y nos quedamos en completo silencio por un momento. Cuando doy un paso atrás para que Tom pueda saludarlo, me doy cuenta de que su rostro está ruborizado. Sé que Tom lo ha notado también por la forma en que me mira, luego su expresión cambia a una de pánico.

Tienes una cita (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora