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Antes.
Cuando Theo entra al salón de clases el lunes, me pongo rígida como una roca. Todo lo que había pensado hacer y decir cuando lo viera, de pronto ya no me parece una buena idea, en cambio, me escondo detrás de mi pelo y finjo que estoy escribiendo en mi cuaderno cuando pasa junto a mi mesa y se sienta al final de la sala.

Es absurdo seguir sintiendo miedo y ansiedad cada vez que lo veo, cuando lo que debería sentir es ira.

Durante el primer recreo de la mañana le cuento a Sam todo lo que hicimos el fin de semana en Tramore, pero omito la parte en que Theo hizo que Niall y yo discutiéramos, porque sé que está harta de escuchar sobre él y a mi me parece que ya no vale la pena regresar a eso.

—¿Y ya hablaron sobre «tú sabes que»? —Es lo primero que Sam pregunta cuando ve la oportunidad de intervenir.

—¿Sobre... tener relaciones?

Ella asiente con mucha energía.

—si —digo con cuidado—. Te diré un secreto, pero no te pongas a gritar.

—Vale.

—Niall me ha dicho que es virgen —susurro apenas.

—¿Qué?

—Que Niall... es virgen.

—¡¿Que Niall...?!

—¡Shhhh! Dijiste que no ibas a gritar.

En lugar de exclamar, solo mueve los labios exageradamente:

—¡¿Es virgen?!

Asiento orgullosa.

—¿Y tú qué le has dicho?

—Omití algo de información.

—¿Qué tanto?

—Bastante...

—Deberías decirle la verdad, V. Te sentirías mal si él mintiera sobre eso, ¿no?

—¿Qué tal si quedo mal por eso? Podría creer que soy una cualquiera.

—No has aprendido nada. —Se toca las sienes con ambas manos en señal de indignación. —No eres promiscua, no eres una mala persona. Que ya tengas experiencia con una persona no te convierte en una cualquiera. Ni siquiera es como si hubiera estado en tus planes hacer estas cosas antes de la mayoría de edad.

Una vez me prometí perder mi virginidad cuando fuera más grande, cumplida al menos la mayoría de edad. Pero cuando comencé a salir con Theo, él ya tenía experiencia y las cosas fueron avanzando bastante rápido. Finalmente caí en la tentación.

—Por lo demás —insiste Sam—, Niall es una persona bastante abierta y con sentido común. No creo que te juzgue. Y si lo hace, no te merece.

—¡¿Qué estabas haciendo?! ¡¿Eh?! —Los gritos de Theo se roban en apenas un segundo la atención de todos en el patio de recreo.

—Oh, por Dios —masculla Sam al verlo.

Está discutiendo con Harry, agarrándole el cuello del uniforme escolar y amenazando con golpearlo.

Solo puedo pensar que estuve saliendo con un simio troglodita.

Harry no hace más que mirarlo serio, sin miedo. Pero no se defiende.

—¡Responde, Styles! ¡¿Estuviste ahí ayer?!

Siento el impulso de correr a ponerme entre ellos solo para ayudar a Harry, pero creo que Theo sería capaz de empujarme lejos con tal de llegar a él.

Tienes una cita (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora