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Ahora.

Busco mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón mientras camino a la fuente de agua en medio del centro comercial. Conforme avanzo con torpeza entre las personas y escucho los pitidos de la llamada, comienzo a sentir mi cuerpo acelerado y a transpirar. Sam no contesta su teléfono.

Respiro profundo y sigo caminando. Por momentos tengo la sensación de que la fuente se aleja mientras yo me acerco, porque puedo verla a la perfección, pero pareciera que jamás llego a ella.

-¡Boo! -chilla alguien detrás de mí y dos manos me toman bruscamente por los hombros.

-Maldita seas -suspiro cuando Sam aparece frente a mí. Su rostro alegre cambia de inmediato a uno confundido y preocupado.

-¿Estás bien? Lo siento -dice y me toma la cara con ambas manos. Están frías y es perfecto para mi piel caliente por el nerviosismo.

-Sí, digo... más o menos. Hay demasiada gente aquí, ¿no crees?

-Ah... -mira a su al rededor y luego a mí. Probablemente esté pensando que perdí la cabeza. Quizá no hay tantas personas como yo estoy imaginando-. Podemos ir al mirador si quieres.

-Vale. Aire fresco. Sí.

-Y... ¿Te has sentido mejor? -Me pregunta en cuanto comenzamos a caminar fuera de la muchedumbre, sosteniendo mi mano para que me mantenga tranquila.

Pienso: Considerando que la última vez que nos vimos creí que moriría ahogada...

-Sí -le digo y trato de esbozar una sonrisa.

-Eso es genial. Hemos estado preocupados por ti -contesta ella y sonríe con los ojos.¿Hemos?Entonces ella y Zayn ya deben estar otra vez en la fase en que se convierten en una sola persona. Donde todo lo que cualquiera de ellos pueda pensar, hacer o sentir puede ser descrito sólo en plural.

-Gracias -es todo lo que digo. Considerando que no me ha llamado en todos estos días, ni he recibido tan siquiera un mensaje de texto, no pareciera que ella estén muy preocupada por mí.

En cuanto cruzamos la puerta automática que da a la salida, siento un inmenso alivio. Alcanzamos la escalera que sube por el costado del edificio y llega al mirador del centro comercial, desde donde puedes ver una buena parte de la ciudad y sentarte donde quieras. No es que haya menos personas aquí, pero sí más espacio, y no hay un techo y pareces que encierren el aire.

-¿Quieres algo de beber? ¿Un batido? ¿Una gaseosa? -me pregunta Sam apenas me decido por un lugar para tomar asiento-. No te preocupes, yo iré a comprar, tú quédate aquí -me dice en cuanto comienzo a ponerme de pie.

-Un batido estaría bien.

-Vuelvo en un minuto -me dice con una sonrisa y se dirige a un carro de bebestibles.

La observo a lo lejos desde que se pone en la línea para esperar su turno hasta que el hombre al interior del carro se dirige a ella. Luce contenta y relajada, lo que me confunde por completo. Sam contactó hace menos de un mes a mi ex novio al que solía odiar para que fuese a visitarme con regularidad, al mismo tiempo ella pareció desaparecer de mi vida de un día para otro, y ahora que nos estamos viendo otra vez, actúa como si todo estuviera bien. No puedo comprender por qué se ha comportado de esta manera después de todos estos años juntas. Jamás hemos tenido una pelea ni hemos dejado de estar la una para la otra en momentos difíciles, pero ahora, tan de pronto como caes dormido, se ha convertido en alguna especie de conocida. Ese tipo de persona a la que frecuentas, pero con la que no compartes gran parte de tu vida. Esa chica con la que sales de vez en cuando porque se llevan bien, pero cuyo cumpleaños no sueles recordar.

Tienes una cita (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora