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Ahora.

—Hola, Sam —digo alegre. 

—Dónde infiernos estás. 

Oh. 

Mierda. 

Volteo a mirar a Niall, envuelta en pánico. 

—¿En Barleycove? —respondo, intentando sonar como quiero. 

—No seas mentirosa. ¡Qué tienes en la cabeza, Vinka! —exclama mi mejor amiga. —¡Dónde estás, tu mamá está histérica! 

Estoy jodida. 

Sigo mirando a Niall en busca de refugio, como si él realmente pudiera salvarme de esto, pero sólo hace una mueca y un ademán de empujar algo con las manos para que yo reaccione y le de una respuesta a Sam. 

—Voy a, eh... —titubeo—. Voy a Dublín ahora. Lo siento, Sammy. 

—No me digas que lo sientes, sólo vuelve a la ciudad —ella me regaña. 

—Sí —digo—. Sí, voy ahora. Dile a todos que no se preocupen. Por favor.  

—Es tarde para eso, V —repone y corta la llamada.  

En cuanto alejo el teléfono de mí, Niall me mira pasmado y se acerca a mí sin decir nada. De pronto pierdo la capacidad de mantenerme en pie y me dejo caer sobre el asiento que tengo a mi lado mientras él se pone de cuclillas frente a mí.  

Vuelvo a mirar a la pantalla de mi teléfono con la esperanza de estar alucinando, o algo por el estilo, pero la llamada de Sam está ahí. Primera en la lista, aún regañándome por ser una mentirosa. 

—No sé qué haré —susurro, casi sin aliento. 

—Volver a casa, es lo que vas a hacer —él murmura y toma mis manos. Hace que suene tan fácil, sólo volver a casa. 

—¿Y qué voy a decirles? Van a matarme, Niall. —Siento la presión en mi pecho y garganta al intentar impostar la voz, pero sólo consigo que el temblor vaya en aumento.  

—Les dirás que estuviste sola. Dando un paseo. 

—¿Qué hay de ti? —le pregunto, al tiempo en que mis ojos se llenan de agua. Esta podría ser la última vez que pueda estar con él—. Mi familia ya estaba sospechando de mí antes, tal vez ahora se den cuenta de todo. Tal vez quieran buscarte. 

—No, eso no va a suceder —repone con voz serena y queda—. Voy a estar bien.  

—Ya no van a confiar en mí— me lamento en un sollozo y me llevo las manos a la cara para cubrirme. 

—Qué importa si confían o no en ti, Vins. —No puedo creer la tranquilidad con que está actuando. Sus reacciones ante cada circunstancia cada vez me sorprenden más—. No es tan importante.  

—¡Claro que es importante, Niall! 

—¿No es tu bienestar más importante? Sé que tengo la culpa, pero estás cada día más deprimida. Deberías preocuparte sólo de ti misma ahora. 

—Van a comenzar a controlarme y no podré verte más —explico y enfatizo—. Es importante. 

Parece estar a punto de darme una nueva respuesta, pero se detiene antes de que salgan las palabras de su boca. Su semblante preocupado de súbito se suaviza y me mira con un desconcierto que no logro traducir. Vuelve a alcanzar mis manos y besa mis nudillos sin quitarme la mirada de encima. De pronto se inclina para besarme la boca y, sin separarse, se levanta poco a poco hasta tomar asiento a mi lado. Me besa con ansiedad y toma mi cara entre sus manos. El sabor agrio de mis lágrimas continúa recordándome que esto es alguna suerte de beso de despedida, y la manera en que mi respiración comienza a tardar en volver evidencia la desesperanza de ambos, aunque Niall finja estar tranquilo y tener las cosas bajo control todo el tiempo.  

Tienes una cita (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora