3

4.7K 405 100
                                    

Ahora.

Doy un bote y me cubro la boca con las dos manos al oír la puerta del departamento abrirse y cerrarse. No sé cuánto tiempo llevo aquí. 

Aguanto la respiración en un intento fallido por detener mi llanto mientras oigo los pasos de Tom a lo largo del pasillo. Cuando llega al final, se detiene y comienza a volver. 

—¿Vinka? —me llama. Pero yo no estoy aquí. No existo, no... —. ¡Vinka! —No quiero existir.

Mantengo todo mi cuerpo oprimido, rogando internamente que no entre en la cocina. Abre la puerta, se asoma y yo me apego a la muralla bajo el mostrador tanto como puedo. Tom da un paso dentro y vuelve a salir. Camina hasta la sala y se queda quieto con los codos apoyados sobre el mesón. Justo sobre mí. 

—Sam, hola. Es Tom —dice—. ¿Vinka está contigo? —A pesar de estar tranquilo, su voz suena cansada. Sobretodo cuando suspira, supongo que Sam le está diciendo que yo no estoy ahí—. No. Salí con Ivana, pero... Sí, ella estaba aquí, no creí que se iría de nuevo. Joder, ya no sé qué hacer, no sé qué le sucede. 

Mi respiración comienza a calmarse poco a poco, y pronto las lágrimas descendiendo se convierten en lo único que aún no puedo controlar. Me concentro en la voz de mi hermano, en no oír lo que dice, mas sólo el sonido propagándose por el departamento. Sin embargo, no lo logro.

—Voy a llamar a mi papá. ¿Podrías preguntarle a quienes creas que podrían saber a dónde fue? Maldita sea, tal vez llamar a la policía sea más rápido. 

Mis ojos de abren de súbito y mi respiración de corta con ímpetu. Si llama a la policía podrían sospechar de mí. Podrían comenzar a buscar a Niall dentro del país otra vez. No.

—Bien. Sí, llámalos. A todos los que creas necesarios, no lo sé, Harry, Kate, Liam... A todos, Sam, por favor. Yo voy a decirle a mi familia —dice antes de cortar el teléfono y yo niego en silencio con la cabeza, como si alguien pudiera verme. ¿Qué hago ahora?

Sus pasos suenan impacientes en la sala, de un lado a otro. Arrastro mis manos temblorosas, con fuerza sobre mi cara. Soy el caos más grande que pueda existir.

—Papá. Es Tomislav, sí —dice ahora, con voz tosca y lejana—. Oye, lo siento, sé que es un mal momento, pero no encuentro a Vinka y quería saber si está contigo o ha dicho algo sobre salir... No, deja. Yo me encargo... ¿Irresponsable? Papá, yo estaba distrayendo a Ivana de sus problemas, Vinka es mayor de edad, ¿de qué estás hablando?

Me levanto rápidamente y salgo de la cocina para cruzar la sala y entrar en mi habitación. Cuando no somos Noreen y yo peleando, son papá y Tom. Esta familia está completamente destruida y es todo gracias a mí. Ella tiene razón: Soy yo la que no calza y causa los problemas. Tomislav no estaría teniendo esta discusión con mi papá si no fuese por mí.

—Mierda. ¡Vinka! ¡Vinka! —comienza a exclamar en cuanto me ve—. Está aquí. Ya no importa, adiós—le dice al teléfono.

Cierro la puerta de golpe y me desarmo junto a ella, sumergida en la oscuridad de mi habitación. 

—¡Abre la puerta, ahora! 

Mi estómago se contrae hasta dolerme y vuelvo a caer en un llanto profundo, con los brazos abrazando a mis propias piernas y la cabeza apoyada ligeramente en la puerta. 

—Vinka, por el amor de Dios, deja de hacer esto.

—Lo siento —musito—. Lo siento tanto. 

Ya ni siquiera me esfuerzo por traer mi respiración de vuelta, simplemente dejo que el llanto se haga cargo de mí. De todas formas es lo único que puedo hacer. Y se siente un poco como morir. Dejas de respirar, por un momento dejas de ser tú, una persona de carne y hueso, y te conviertes en tu propia pena y en la rabia que sientes hacia ti mismo. 

Tienes una cita (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora