17. Winston no te hizo nada, ¿verdad?

883 170 11
                                    

Volvió a subir al asiento del pasajero del Ferrari.

El aire frío hizo que el alcohol se difundiera fuera de su sistema y claramente sintió que su mente se aclaraba. Pero la sonrisa en la cara de Winston mientras se sentaba en la barra mirándolo se sintió como si la sangre corriera por todo su cuerpo una vez que lo recordó.

—¡Mierda! ...... ¡You rule me...... no puede ser venenoso!

La puerta del conductor se abrió y Winston se sentó con una larga zancada.

—¿Qué es venenoso?

Tú eres venenoso, imbécil.

—Nada. De repente me dio un poco de sueño.

—¿A qué hora es el vuelo de mañana?

—A las tres de la tarde.

—¿Y tú?

—Estaré volando allí antes que tú.

—Eso ...... en el callejón trasero del bar ...... ¿puedes olvidarlo?

—¿Olvidar qué? ¿El sonido de tu respiración? ¿O tu temblor? ¿O el hecho de no que no pudo salir?

Hunter puso los ojos en blanco.

—¡Olvídalo todo! O te lo romperé.

—Entonces rómpelo.

—.....

El ardor de estómago se multiplicó exponencialmente.

Winston condujo el coche de vuelta al hotel.

Los dos hombres entraron juntos en el ascensor.

Hunter se metió en las manos en los bolsillos y mantuvo la cabeza baja, y en el momento en que se abrieron las puertas del ascensor, las presionó y habló: —¡Gracias por lo de hoy ......!

—Hunter, si tienes miedo de algo, no tocarlo no significa que lo hayas superado.

Cuando las puertas del ascensor se cerraron, Hunter se dio cuenta de por qué Winston lo había llevado al bar del almacén.

Winston se había dado cuenta hace mucho tiempo.

Winston le decía que todas las cosas que arruinaban a los demás, incluso el alcohol que había arruinado a su padre y a su familia, no eran más que eso.

Hunter bajó la cabeza y sonrió.

—A diferencia de ti, yo no nací fuerte y sin miedo.

—Hunter.

—¿Hmm?

—No nací fuerte y sin miedo.

—Gracias por su modestia. —Hunter sonrió.

—Sólo porque eres tú.

Las comisuras de los labios de Winston sonrieron ligeramente.

—¿Qué?

—Buenas noches.

Y con eso, las puertas del ascensor se cerraron.

De vuelta a su habitación, Hunter volvió a dormirse.

Probablemente debido al alcohol que había consumido, su cabeza estaba más pesada que de costumbre.

Medio dormido, sintió ganas de ir al baño y abrió los ojos, apenas adaptándose a la oscuridad, cuando se dio cuenta de repente de que había alguien delante de él.

Las manos de la otra persona estaban apoyadas en un lado de la almohada, mirándolo desde arriba.

—Win ...... Win ...... —La garganta de Hunter volvió a sentirse como bloqueada, incapaz de emitir un sonido correctamente.

¿Puedes no burlarte de mí?Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang