O35 ─ i'll page the price you won't

7.2K 559 213
                                    


Mora esperaba impaciente en uno de los taburetes que brindaba la peluquería a la que Ivan vino a cortarse el pelo

Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.

Mora esperaba impaciente en uno de los taburetes que brindaba la peluquería a la que Ivan vino a cortarse el pelo. Resulta qué después del último ensayo previo al estreno de la obra de teatro, el morocho fue a buscar a su novia para que almorzaran juntos y entre charla y charla se les fue la hora casi llegando tarde al turno en la peluquería.

Al final se apuraron alpedo pues tuvieron que esperar media hora afuera del local según por qué el dueño tuvo un problema con uno los empleados que le dificultaba el trabajo ocasionando que este fuera lentísimo.

Con el calor que hacía, la mendocina no solo esperaba impaciente a su acompañante siendo sofocada por las altas temperaturas, sino también malhumorada por qué tenía ganas de ir al baño pero no podia ya que el salón estaba lleno de gente y si se levantaba de donde estaba sentada perdía el asiento.

─ Mora, sali re-contra matado en tu historia de mejores, borralo loca. ─se quejo el morocho viendo la última historia de su novia─ Qué horror, amor.

La rubia puso su mejor cara de culo al mismo tiempo que le enseñaba su dedo del medio. El calor, falta de sueño y las ganas de ir a orinar no ayudaba en lo absoluto a qué el humor de la chica mejoré.

Habían estado yendo y viniendo por qué dentro de unos días se estrenaba la obra de teatro y había que ajustar los últimos detalles.
Además, esta noche tenía un evento para una marca importante y logró convencer a Ivan de que fuera su acompañante.

Y eso le emocionaba más de lo qué se pueden imaginar, sería su primera aparición en público después de un mes y medio manteniendo perfil bajo. De a poco ambos iban sintiendo más seguridad para mostrarse juntos sin temor al que dirán.

─ Dios, no te imaginas el sueño que llevo encima. ─lloriquea la chica genuinamente agotada─ ¿Viste mis ojeras? Ni siquiera cuentan como tal, son pozos marrones debajo de mis ojos a estas alturas.

─ Peores que las de Carre. ─se burla el santafesino.

Mora asintió poniendo los ojos en blanco con exaspero, mientras Ivan bobeaba con su celular, la rubia abrió el chat que tenía con Rodrigo y le preguntó que andaba haciendo.

Se supone que a las cinco de la tarde quedaron en encontrarse en el shopping para ir a comprar ropa y algún obsequio que llevarle a Mauro mañana por el lanzamiento de su nuevo álbum.

─ ¿Qué se le compra a una persona que ya lo tiene todo? ─interrogo Spreen como si estuviera leyendo la mente de su novia.

Ella se encogió de hombros desconcertada.

El morocho estaba sentado en una silla giratoria esperando a que alguien lo atendiera, había un espejo amplio delante suyo que reflejaba su cara y la de ella, ambos se miraron fijamente.

𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃 ▸ spreendmcOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz