O56 ─ i was enchanted to meet you

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Mora

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Mora.

Diciembre transcurría con normalidad y las épocas festivas estaban a la vuelta de la esquina.

A pocos días de navidad; me encontraba haciendo mis valijas para ir a pasar las fiestas con Abi, sus padres, Juli y Aylen en Coronel Suarez.

Debo ser la única en Buenos Aires por el momento, Rodrigo fue a visitar a sus padres hace tres semanas atrás y no tiene pinta de que fuera a volver pronto, ─asumo que se quedará en Bahía Blanca por Navidad─ con Ivan discutimos por qué, ayer viajo a Santa Fe sin poder ponernos de acuerdo sobre dónde vamos a pasar año nuevo, se termino yendo frustrado y a las dos horas ya estaba llamando para disculparse. Más adelante veremos si voy hasta Santa Fe, si el viene hasta Bahia Blanca o si directamente festejamos acá en Capital.

Mis abuelos, mamá, papá y hermano decidieron ir a pasar las fiestas con mis tíos en Córdoba, me invitaron pero rechacé la propuesta, ese lado de la familia me cae muy mal y además no queria amargarme por estar en el mismo lugar que mi padre.

Era una epoca muy linda como para ser arruinada por mi familia paterna.

Cómo sea, mientras se reproducía canciones aleatorias de mi Playlist a través del parlante; seleccionaba cuáles ropas llevaría en la valija y de paso ordenaba el chiquero qué tenía de habitación.

Pocos lo saben pero soy una acumuladora compulsiva, guardó cosas viejas y tan raras qué, por ahí entras a mi pieza y decis: ¿Para qué mierda tendrá una almohada con forma de pata de pollo? Por qué sí, gente, tengo una.

Es culpa de Rodrigo e Ivan, compran cosas innecesarias y me arrastran a caer en tentación y guardarlo para mí por qué, según yo, en algún futuro tendrá valor económico.

¿Por qué concha una almohada con forma de pata muslo va hacerme ganar guita? No sé, cosa de loquitas.

En fin, Marti suele regalarme muchas cosas también, ella es otra de las tantas personas en mi círculo cercano que compra y acumula pelotudeces, a veces, cuando vamos a eventos juntas solemos caer a nuestras casas con gorras, libretas, remeras, lentes e incluso banderas, y tampoco pinta andar tirando a la basura los regalos que ofrecen las marcas que organizan eventos y encima se toman la molestia de invitarte.

Entonces por eso, cualquier objeto inútil y sin sentido lo encuentras en mi habitación.

Me reconforta saber qué mi novio es igual o incluso peor de acumulador que yo.

𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃 ▸ spreendmcWhere stories live. Discover now