𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃 ▸ spreendmc

O43 ─ tell me that you're still mine

─ Retomando la conversación, ¿me dijiste qué tomaste una decisión apresurada?

─ No, no, le pedí una opinión al respecto. ─aclara─ Entendíste mal.

─ Sabes qué no puedo darte mi opinión, Mora.

─ Es qué... ─reprimió un grito frustrada─ Mi cabeza lleva dándole vueltas al asunto desde ayer y por culpa de eso no pude dormir. ─comenta─ ¿La gente pensará qué me puse de novia muy rápido?

─ Te voy a decir dos cosas: la primera es qué nadie elige el momento exacto en el cuál se enamora. ─la psicóloga se acomodó las gafas─ Lo segundo, como ya sabrás, es que debes aprender a confiar más en tus sentimientos y decisiones antes de depender de la opinión ajena.

─ Ya sé. ─dice entredientes─ ¿Qué tal si Ivan piensa que nada más lo estoy utilizando y se termina cansando de mí por culpa de las cosas que dicen por ahí?

─ ¿Tuviste esta conversación con él? ¿O sólo son suposiciones tuyas? ─Lara arquea una ceja─ Me parece que tendremos que volver a trabajar el autosabotaje.

─ No es eso. ─aclara la rubia rápidamente─ No intento sabotearme pero... no quiero ser una carga para él.

─ Mora, si no te sentías lista para iniciar una nueva relación amorosa... ¿por qué aceptaste? y no lo pregunto con mala intención. ─aclara─ Pero se me hace raro qué estés llena de dudas y, encima, lo más probable es qué tu pareja no sepa de ellas.

La rubia mordisqueo su labio inferior controlando su ritmo cardíaco acelerado, ella se muestra firme por fuera pero la realidad era ésta: Mora tenia muchísimo miedo de haber tomado una decisión apresurada al ponerse de novia con su mejor amigo y ahora temía haberlo arruinado todo.

─ Mora, mírame a los ojos y hace conmigo los ejercicios de respiración que te enseñé. ¿Te acordas? ─pregunta Lara─ Yo te ayudo, comencemos.

Inhalo, retengo, exhalo.

─ ¿Te encontras mejor? ¿Te puedo alcanzar un vaso de agua?

─ Estoy bien. ─asiente.

─ Okey, ¿seguimos o queres terminar por hoy?

─ Todavía nos queda media hora. ─réplica─ No te vas a librar de mis traumas todavía.

─ Sigamos entonces. ─dice la psicóloga─ Me dijiste qué no queres ser una carga, ¿por qué pensas eso?