Capítulo 11

633 124 20
                                    


El acercamiento de su cuerpo con el mío enciende cada célula y cada neurona dormida, el toque de su piel sobre mí es jodidamente energizante, su cabello de nieve enredado en mis manos, sus brazos rodeándome, su lengua jugueteando con la mía arrancando suspiros, su pecho se acelera, mi respiración se entrecorta, lentamente se separa de mi, el azul de sus ojos se come el café de los míos, los labios rojos me invitan a que los vuelva a probar y no los suelte.

— Emmm.... Hay que bajarla o morirá —pronuncio sin dejar de mirarlo

— En serio te preocupa eso? —pregunta en tono molesto

— Es que puede morirse

— Yo también puedo morirme si no hago esto

Sus manos acunan mi cara y estampa un excitante beso en mis labios, su lengua paseando, experimentado cada rincón de mi boca, descubriendo misterios, desencadenando magia cada vez que toca la mía, en automático su mano desciende hacia mi cuello, provocando que me acerque más a él, con su otra mano baja hacia mi cintura apretando mis caderas contra él.

Logro poner un poco de frialdad a la situación separándome, no quiero hacerlo, mi boca pide más, mi cuerpo desea más pero no será tan fácil. Voy en dirección a Shelley corto la cuerdas que la sostienen y cae con todo su peso al suelo, el piso se pinta de rojo cuando su cuerpo recae en él.

La ayudo limpiando un poco su piel del fluido rojo, está muy débil y casi no puede caminar, tengo que sostenerla fuerte para lograr sentarla en una de las sillas. Está pálida, los labios resecos, la mirada ida como si estuviera en otra dimensión. Estoy limpiando un poco sus heridas cuando de un momento a otro la puerta estalla en un ruido extremo, Gibran entra y de una derriba de un puñetazo a Arden, este le brinda una sonrisa ensangrentada logrando que la ira del moreno aumente, el chico intenta darle otro puño pero el hermano menor de los Parrish detiene su intento frenando en el aire su mano y devolviendo el impulso con la otra mano impactando en su estómago, Gibran se retuerce de dolor, se recupera y en una rápida maniobra saca una Beretta, Arden al mismo tiempo saca su Glock con el cañón apuntando directamente a su amigo, quedan cada uno frente a frente apuntándose.

Cómo si fuera automática y por inercia, tomo una pistola a mi lado desactivando su seguro y dirigiendo mi arma a la cabeza del moreno, Arden ladea la cabeza y puedo ver el sinismo de su risa victoriosa, Gibran alza sus manos en señal de derrota y guarda el artefacto, a la vez que bajo mi instrumento reflexiono en por qué lo hice, fue un instinto, una corazonada de protección.

El chico me mira mal cuando pasa por mi lado para ver a su novia, su mirada me entristece, era de las pocas personas con la que había hablado sinceramente, Shelley había sido amable también y hoy no sé qué me pasó que fui todo menos amable con ella, por las cosas sucedidas algo en mi corazón me pesaba.

— Cariño estás bien? —indaga en un tono de angustia, ella como puede le contesta y seguidamente la carga en brazos atropellando todo lo a su paso —la vuelves a tocar y te mato —se dirige a su amigo antes de salir

Quedamos a solas y Arden no deja de observarme mientras recojo algunas cosas.

— Qué?  —pregunto

— Estaba midiendo tu nivel de peligrosidad —ríe de la forma más sexy

— Quieres comprobarlo?

— A ver, qué tienes para mí?

Saco el cuchillo de mi bota pero antes de que pueda tocar alguna parte de su cuerpo me desarma y quedo frente a él con las manos atadas detrás de mí.

— Deja de ser tan predecible —me mira y el tono nublado de sus ojos quieren llover sobre los míos, forcejeo con la intención de zafarme pero su fuerte agarre no me deja —Aprende a conocer a tu adversario, nunca le des la espalda, nunca dejes de mirarlo y nunca lo subestimes —dice mientras aún me sostiene

Los Lobos de Needville © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora