Capítulo 17

563 112 28
                                    

Gibran

Las horas pasan, el viaje en avión fue aburrido y extenuante, el de auto se está tornando totalmente eterno. Es mi ciudad natal, hace años que no venía, Francia es muy bonito y bla bla bla...

Por esta misma razón es que no venía, odio viajar, y como el que no quiere caldo se le dan tres tazas, por motivos superiores tuve que venir. El viento frío que se desplaza en el aire es mil veces peor que el de Needville, por lo que cierro nuevamente la ventana que abrí.

— Déjame ver otra vez la foto —le pido a Even que rápido me la muestra —seguro que es él?

— No ves que es su cara

— Yo no le veo ningún parecido —contesto con seguridad

— Eres una paloma, claro que no puedes ver el parecido de las personas —interviene Arden burlándose haciendo que todos en el auto se rían

— Ja, ja, ja que chistoso, mejor dime cuánto falta para llegar, no soporto más estar aquí —me quejo

— Llegaríamos más rápido si no lo preguntarás cada cinco minutos

— Llamaré a Shelley a ver si me relajo —estoy marcando el número cuando un sonoro manotazo hace que el teléfono se resbale de mi mano

— Qué te pasa?

— Qué parte de que no podemos tener comunicación con nadie es la que no entiendes? —sentencia molesto

— Por favor, es Shelley no va andar divulgando nada

— Nadie Gibran, nadie es nadie

— Ya te veré a ti cuando las ganas de hablar con Hazel no las aguantes —replico

— No haré tal cosa

No lo dudo, sé que aunque se esté muriendo, es capaz de infringir sus sentimientos y simular que no pasa nada.

— No lo harás, pero si lo pensarás

Acomodo mi cabeza y el sueño me vence, despierto tras hora y media, cuando llegamos a unas oficinas para comprobar el certificado de defunción de Kenen, pero nos encontramos con la sorpresa de que no hay registro de su muerte por ningún lado, el documento que cargamos es falso. El recorrido continúa en la antigua mansión de los Parrish que ahora es un lujoso museo, todo está muy parecido a cómo lo recuerdo y la historia de los padres de Arden y Even es el atractivo principal del museo, por lo que es muy visitado por los turistas que llegan a la zona.

Me sigo quedando cada dos por tres y luego de tres agobiados días regresamos Even y yo a casa, ya extrañaba la soledad que emana Needville,el silencio de sus calles, la penumbra de sus bosques cuando anochece. Dejo todo atrás, no me importan mis padres, no me importan mis amigos, solo me interesa la pelirroja que me espera sentada en el umbral de mi puerta.

Sus ojos emocionados se ligan con las ganas de abrazarla, extrañarla es doloroso y ansiarla es torturante.

Ella se lanza sobre mí atrapando mi boca con la suya, revolucionando las sensaciones que me produce el toque de sus labios con los míos. Como la extrañé, fueron tres días que se me hicieron tres eternos años, estrecharla en mis brazos era todo lo que necesitaba, tenemos una dependencia tóxica uno con el otro y obviamente tres días son el detonante de la ansiedad.

— Cómo te fue cariño? —pregunta sonriente .—Conociste palomas francesas?

— Tú también Shell?

Ya estoy cansado de los dichosos chistecitos.

— No te enojes amor, te extrañé mucho —planta un beso en mi mejilla

Los Lobos de Needville © Where stories live. Discover now