Capítulo 36

313 33 9
                                    

Hazel

Mis oídos continúan sin recibir un sonido claro, estoy tendida en la nieve intentando ubicarme en el tiempo. La cabeza me retumba, el mareo me hace querer vomitar pero me contengo.

Observo el plano a mi alrededor, Mientras Arden y Even revisan el equipo para asegurarse de que todo está en orden, James se acerca, me ayuda a ponerme en pie y me ofrece su brazo para que pueda caminar con más estabilidad. Agradecida, acepto su ayuda y juntos nos acercamos al resto del grupo.

Algunos tienen heridas, pero nada grave todo fue producto de la explosión, en medio de la nada y sin un vehículo que nos pueda sacar de allí, empezamos a idear, primero en cómo vamos a salir de esa situación y Segundo, quién o quienes son los causantes de nuestro imprevisto.

Después de unos minutos de discusión, llegamos a la conclusión de que debíamos investigar más sobre el lugar y las posibles causas de la explosión. Decidimos dividirnos en grupos para cubrir más terreno y encontrar alguna pista que nos guiara en nuestra búsqueda. Mientras tanto, alguien se encargó de curar las heridas de los afectados y mantener el ánimo en alto.

Después de varias horas de caminar y buscar, uno de los grupos encontró restos de un artefacto explosivo cerca de una roca. Esto nos hizo pensar que alguien había colocado la bomba para hacernos daño. Con esta nueva información, decidimos seguir investigando y buscar a posibles sospechosos en los alrededores.

— Ahí —señala uno de los gemelos —es un rastro de sangre

— Seguro fue el disparo que hizo Hazel

Argumenta la peli roja en lo que seguimos detalladamente el color rojo esparcido en la nieve. Seguimos el rastro de la sangre, pero ya el agotamiento comienza a sentirse, el frío está incrementando y que estemos solos sin nada con que alimentarnos y expuestos a temperaturas bajas, está afectando a todos.

Perdidos, seguimos el rastro de la sangre que dejamos atrás tras el accidente. El pueblo de Picta, donde se supone que debemos cumplir con nuestro trabajo, está a la vista. Sin embargo, no puedo evitar sentir un mal presentimiento al respecto, tanto por la tarea encomendada como por el pueblo en sí.

Todos estamos más preocupados por cómo vamos a sobrevivir y no por quién ocasionó todo esto, aunque no lo hemos olvidado.

Muertos de frío continuamos caminando, hasta que dos camionetas negras muy parecidas a las que explotaron se interponen en nuestro camino. Quiero conservar la esperanza en el fondo de mi corazón que es mi padre que viene en rescate, pero toda mi expectativa se derrumba cuando nuestro mayor enemigo y medio hermano Kenen, se baja del coche.

Nos mira con una sonrisa burlona en su rostro. Kenen siempre ha sido un hombre sin escrúpulos y su presencia aquí solo puede significar una cosa: problemas. Se me acerca con problemas al caminar, al parecer está herido, intenta tomarme la mano, inmediatamente Even y Arden se colocan  delante de él, tratando de protegerme de cualquier cosa que pueda pasar.

— Que bonito —se burla

— Volviste por tu sentencia hermanito

— Shhh —susurra —no vengo por ti, la quiero a ella

— Que mal por ti, porque no va a ningún lado —se mete Even

— Es de vida o muerte Hazel —me mira —y tiene que ver con tu padre

Escuchar esa palabra me oprime el pecho, no puedo seguir perdiendo gente. No confío en él, pero sé que si mi padre está en peligro, no puedo ignorar la situación.

— Bueno, nuestro padre, así que vamos

— Hazel no, es una trampa —me advierte el peli blanco pero aunque lo sea prefiero arriesgarme

Los Lobos de Needville © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora