Capítulo 4. ¿Eso piensas?

92.6K 5.2K 2.2K
                                    

¿Eso piensas?

«¿Qué tanto conoces a tu hermano?»

Esa pregunta proveniente de la extraña carta que recibí me abrumó la cabeza por lo que restó de la noche. Al día siguiente me desperté pensando en lo mismo, y sin embargo no pude obtener una respuesta.

Conocía a Daren, o al menos eso pensé, luego de su muerte empecé a extrañarlo tanto que recordé nuestros momentos juntos, donde compartíamos cientos de experiencias agradables.

Algo que todavía me confunde.

¿Por qué él haría eso si conmigo era como un sol radiante? No lo creo, dudaba que eso fuese cierto, pero luego al ver la foto solo me llegó el «sí» a la mente. Si hizo eso, ahora la pregunta es ¿por qué? ¿Mis padres lo sabían?

Al menos compartían algo después de todo.

Dejé de pensar en ello, mejor me concentré en lo que sucedía a mi alrededor, y eso fue porque mis pies me mandaron directo a la puerta de mi residencia donde me detuve mientras sacaba mis llaves.

Oí ruidos provenientes de adentro y lastimosamente reconocí las voces. Pegué mi frente a la madera, girando el pomo con demasiada lentitud, aunque nada de eso fue de ayuda, pues terminé ingresando y captando los tres pares de ojos que giraron de lleno hacia mí.

Suspiré

La primera en reaccionar fue Lola

—¡Hola, Dakota!

Hubiese preferido que no abriera la boca

—Es Dani —miré a mi padre de forma significativa

—Lola, ya sabes cómo se llama —le murmuró—. Sé que te gusta bromear, pero es suficiente.

—Oh, lo siento —soltó una risita—. No sabía que te molestaba. Discúlpame, no lo volveré a hacer.

Y eso fue suficiente para que el poco enfado de mi padre se esfumara en menos de nada. No le presté atención, solo terminé de adentrarme para dejar mi bolso a un lado

—¿Qué hacen aquí? —pregunté

—¿Kate no te avisó que vendríamos? —me dijo él—. Queríamos ver dónde se están quedando.

—Y si pasan tiempo juntas —Lola hizo un extraño puchero—. Sabía que serían muy buenas amigas, incluso hasta comparten residencia, ¿no es eso lindo?

—No —Kate rodó sus ojos

—No lo es —respondí al mismo tiempo—. ¿Piensan quedarse por mucho?

—De hecho, sí —la mujer se acomodó en su asiento—. ¿Qué tal si nos preparas algo de comer, Dani? Se ve que los platillos te salen exquisitos.

—A decir verdad, no —crucé mis brazos—. ¿Por qué no lo haces tú, Lola? Después de todo siempre dices que mi madre debería aprender tus dotes culinarios

Entrecerró sus ojos

—¿Sabes qué? Tienes razón —se levantó, bajándose un poco el vestido que traía—. ¿Me ayudas, Edward?

Y como un buen perrito faldero, se fue detrás de ella a unos pasos más allá donde estaba la cocina. Me dejé caer en el sofá, frotando mis ojos con absoluto cansancio

—¿Cómo te fue con las animadoras? —me preguntó Kate, luciendo algo interesada

La miré con extrañeza

La última de las estrellas ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora