LIBRO 1. SAGA «COX»
Dani es la típica chica que nunca puede decir que no.
Ryan es el goodboy que tiene un interés amoroso bastante fuerte hacia la castaña de ojos cafés que dibujaba rosas en su cuaderno.
Ambos son diferentes si se comparan, pero...
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Es un sí
14 de junio, 2020
Nuevamente sentía la misma adrenalina en mi sistema. Era un día decisivo, no era solo un simple partido, sino también era mi entrada, la entrada de mi equipo a la semifinal y así mismo, la posibilidad de llegar lejos, de ganar y de demostrar que somos los mejores.
El campo no solo estaba repleto de personas. En esta ocasión, había más que muchas personas, incluyendo a las animadoras de nuestra universidad que se encontraban en una esquina haciendo piruetas y danzando sin parar.
No pude evitar imaginar cómo se vería Dani allí, pero eso ya no era posible, en su lugar solo estaba la rubia Alicia pareciendo más animada que las demás. Aunque al parecer solo estaba animando a un pelirrojo que también le daba miradas de vez en cuando.
Le eché una ojeada el grupo rival. Tenían buenas bases, habíamos estado estudiando sus jugadas durante algunos días para tener una idea clara de cómo vencerlos.
Y habíamos llegado a la conclusión de que por más que los de la otra universidad fuesen demasiado buenos, esta noche nosotros debíamos ser mejores, y por supuesto que me aseguraría de llevarlos a la final.
Solté todo el aire retenido
Me encontraba en una de las gradas, la más cercana al campo. Todos se preparaban en lo que yo también lo hacía. Aseguré las agujetas de mis zapatillas deportivas.
Una vez estuve listo, me puse en pie dispuesto a llegar a los demás jugadores. El entrenador charlaba con otros y daba ordenes de vez en cuando.
También estaba histérico, era un juego importante.
Caminé hasta el campo y me encontré con Tristan y Noah, ambos tenían sus cascos en mano, solo que el segundo se lo estaba quitando apenas.
—Solo míralo —el moreno canturreó, hacia las gradas, al observar hacia allí comprobé que hablaba de Samuels, pues el rencor en su voz era evidente—. Ni siquiera entiendo qué hace aquí, pero mejor que se cuide o lastimosamente «fallaré» un tiro y terminaré golpeando su cabeza.
—Eso me gusta —Noah asintió con una sonrisa, luego la borró de golpe, dándole un manotazo en la cabeza—. Idiota. Si llegas a fallar nos perjudicarás a todos.
—Era una broma —bufó, masajéandose—. Sabes que he estado practicando, no te preocupes, ¿de acuerdo? Este deporte es lo más importante para mí.
—¿El deporte? —enarqué una ceja—. ¿O las chicas?
—El deporte obviamente —me sacó la lengua con madurez—. No puedes solo estar aquí para llamar la atención, debes amar lo que haces.
—Oye, mira —el pelirrojo señaló hacia las gradas—. Esas chicas te están viendo.
Miró tan rápido que fue demasiado evidente. Sonrió como si se estuviera preparando para una sesión de fotografías, excepto que allí no había nadie, y al darse cuenta le puso mala cara al chico
