Capítulo 2

1.1K 108 29
                                    




Por más que Bruce no quisiera pensarlo aquel recuerdo estaba en su cabeza, violentándolo, haciéndole daño y provocando dentro suyo sensaciones horribles. Se sentía asqueado, sucio, todavía sintiendo los dedos y lengua de ese criminal recorriéndole el cuerpo, su aroma y cuerpo caliente sobre suyo todo el tiempo que por más que Bruce no quería le tocara le ignoraba por completo y solo seguía, una y otra vez, cumpliendo sucias y perversas fantasías.

Ahora el resultado de todo eso estaba en el propio Bruce, más específicamente creciendo dentro suyo.



Abriré las ventanas, algo de luz le hará bien. — Alfred había entrado a la habitación de Bruce, este a pesar de encontrarse despierto no hizo ruido alguno, estaba callado, envuelto entre las sábanas, atormentado por su cabeza que no dejaba de recordarle cosas que no quería. Alfred lo notó así que supuso que de nuevo su amo no estaría en condiciones de salir de la cama. — El jardín se encuentra en perfectas condiciones, tal vez más tarde pueda comer la merienda ahí. — Bruce no dio respuesta alguna. El problema radicaba tanto en lo que le ocurría en ese momento y también en el hecho de sentirse culpable por estar de esa forma. En momentos llegaba a repudiar tanto ser omega que se hundía en la tristeza. — El desayuno de hoy es avena y algo de fruta, pan tostado y chocolate caliente.

— No comeré. — Habló Bruce, le daba la espalda a Alfred. — No tengo apetito.

— Nadie tiene apetito apenas despierta. — El mayordomo acercó una silla, se sentó junto a la cama, tomó la taza de chocolate caliente y con una cuchara revolvió para que el polvo de chocolate no se quedara en el fondo. — Deberá comer algo si desea traer al mundo a un bebé sano. Esa criatura depende de usted.

¿Alguien de gótica lo sabe? — Hacía esa pregunta a menudo, él dependía de la respuesta para poder continuar con los problemas actuales y no uno más.

No, señor Bruce. — Contestó el hombre. — El chocolate se enfriará y el pan se pondrá suave. ¿Desea le ayude a sentarse? — Intentó cambiar de tema. Aunque sonara cruel esa pregunta siempre venía acompañada de que su amo accediera a atender al menos un momento.

Puedo hacerlo solo. — Se dio la vuelta y con una actitud propia del recién levantarse recibió la taza. Lucía bastante cansado, la noche anterior batman había salido a gótica y peleado con algunos maleantes y Bruce no podía dormir sin tener pesadillas.

— ¿El té ha funcionado? — Preguntó al ver de reojo a Bruce. Aquel mayordomo entendía la respuesta, pero quería escuchar más al respecto para saber cómo ayudar a su amo. — ¿Cómo se siente?

¿Tienes algo que me limpie la mente? — Que borrara sus recuerdos, cualquier cosa le funcionaba. Solo, quería dejar de saber lo que le atormentaba.

No. — Ellos tuvieron esa misma charla varias veces y él respondía de la misma forma, igualmente recordándole el gran regalo que era vivir, aquella vida que sus padres con tanto cariño habían dado a Bruce.



Alfred Informó que saldría durante un rato a arreglar asuntos relacionados con empresas Wayne, el mayordomo no descuidaba ningún ámbito de la familia así que salió cuando se aseguró de que Bruce estaría bien, su amo había comido el desayuno y pasado un largo rato tomando un baño, en ese entonces se encontraba leyendo un libro en la estancia al mismo tiempo que hacía cálculos en un cuaderno. Se veía tranquilo así que avisó a su amo y después salió, con el curioso encargo que este le había hecho: traer un pastel de fresas de una especifica panadería de gótica.

La justicia es...¿omega? (RIDDLEBAT)Where stories live. Discover now