Capítulo 4.

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Estaba acostumbrado a ese tipo de cosas. Bruce Wayne no era el tipo más feliz del mundo y por ello podía recibir las decepciones de mejor forma, sin afectarle, afrontándolas como si fueran un fenómeno normal.

Dentro de su cabeza no hubo nada en particular durante la cita al médico. Fue una consulta común, donde solo estuvo mirando las cosas pasar. El doctor preguntándole sobre él, haciéndole chequeos y todo lo necesario para que su salud y su embarazo marcharan bien. Se encontraba en una condición relativamente buena, Batman la requería así que se esforzaba en ello lo más que podía.

Al hacer la ecografía Bruce se quedó quieto y prefirió no mirar lo que ocurría, no quería ver lo que había dentro suyo al menos en ese momento, con saber que estaba bien le bastaba, también supo el sexo de su bebé, sería un adorable niño.

Cuando terminó la consulta Bruce quiso estar un rato en la ciudad, pasear un poco consideró le haría bien y si nadie le reconocía sería mucho mejor.

Comió algunas cosas, miró algunos parques, compró incluso un par de prendas para sus futuros cambios que le provocaría físicamente el embarazo, cosas que le ayudaban a sentirse cómodo y al menos un poco relajado. Si, no tenía idea del por qué Edward no había llegado para acompañarle al médico pero no le gustaba pensar en ello, mucho menos abrumarse por algo que podía pasar, una de tantas cosas que podían pasar.

Al finalizar su paseo regresó junto a Alfred a casa. Alfred siempre había estado con él y de cierta forma se sintió seguro, le reconfortaba la experiencia del hombre, que podría ayudarle en caso de que se presentara algún problema en un asunto que él no entendiera.



¿Desea comer un poco de helado para la merienda? — Alfred preguntó antes de que Bruce subiera a su habitación.

Si. — Asintió, miró a Alfred por un momento, después se volvió a sus pensamientos. La casa estaba demasiado llena de recuerdos, era imposible no pensar.



Para mirar las cosas que había comprado se sentó sobre su cama y junto al helado que le había llevado Alfred se dispuso a mirar, disfrutar las texturas de la tela, los diseños, ese tipo de cosas que antes no habían interesado mucho a Bruce pero ahora por alguna razón desconocida le llamaba la atención. Ropa "bonita" y agradable a la vista, sin duda al menos en esa etapa de maternidad vestiría de colores más allá del negro, brillantes y vividos.

Su mente era una propia representación de una siniestra pero deprimente melodía, masked ball con sus melancólicos pero elegantes tonos al mismo tiempo que noise, procesado y caótico, a fin de cuentas: hermoso. Una complicada calma.



¿No usará nada? — Preguntó Alfred una vez que fue a verificar que Bruce no necesitaba nada. La cuestión fue acerca de la ropa nueva. — Puedo elogiarle los atuendos nuevos, si lo desea. — Algo de reconocimiento sintió le sentaría bien.

— Ahora no. Tal vez, mañana. — Si el día y su humor eran buenos. — ¿Qué es eso? — Alfred llevaba un sobre entre las manos, parecía importante.

Olvidó llevar las fotografías de las ecografías. — Él realmente no quiso tomarlas, por "accidente" las había olvidado. — Pensé que querría verlas. Son las primeras imágenes que tendrá de su bebé. — Alfred había notado la actitud de Bruce durante el chequeo médico, no se veía muy animado de tocar ese tema, pero el mayordomo pensó que tal vez ver la fotografía del pequeño ser le ayudaría un poco. — Son bastante interesantes. Su bebé tiene una forma ahora. — Mencionó queriendo hacer un poco más atractivas las fotografías para Bruce.

La justicia es...¿omega? (RIDDLEBAT)Where stories live. Discover now