Capítulo 13.

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No necesitaba tener una previa leída de los hechos, él solo fue directamente encerrado pues sus crímenes eran en su totalidad reales y aceptados por el villano. El acertijo para Gotham era un criminal despreciable que debía ser aplastado, sometido y contenido dentro de las paredes de la prisión lo más rápido posible.

Bruce no apareció en ningún momento, no estuvo presente cuando llevaron al villano a la prisión, mucho menos cuando aquel otro villano le proveyó palabras de aliento ante la situación tan crítica. Entre la oscuridad de la fosa más profunda de sus pensamientos encontró a ese hombre y le brindó una luz que no pensaba encontrar y que nadie más le podría proporcionar.



Oh, pequeña alma perdida. — Ambos escucharon sus voces, Edward un poco asustado se acercó guiado por la curiosidad hasta la boca de ese lobo. Quería saber mucho más. — No temas. Te trataremos muy bien. — Sonrió tranquilamente dentro de sus posibilidades. Ese villano en especial era de los más peligrosos en Gótica, el hombre tenía el rostro destrozado pero aún así podía darle aires de calma, una desconocida calma que Edward no pudo evitar querer conocer más. Se vio tentado y no pudo soportarlo.

¿Quién es usted? — Ladeó la cabeza, desconcertado apenas si podía entender que tendría que compartir espacio con otros hombres en la prisión. Al menos en ese momento estaba en una celda individual y lejos de la mayoría, pues todavía no era procesado por completo y tenía una alta peligrosidad por el asunto de ser altamente famoso.

— ¿No puedes reconocer a quien es como tú? — Prestó más atención, de hecho le parecía peculiar. El otro villano habló seguro, mientras reposaba tranquilo. — ¿No es triste, ver que la fiesta acabó así?. Como aquel dicho, sobre que, un día estás arriba y otro estás abajo. Termina uno siendo el payaso, pero no estés triste, pequeño infortunado.

Él me mintió. Me mintió sobre todo, y yo caí. De la forma más tonta me enredé entre su capa...— Como un animal desesperado iba y venía por la celda, chocando con las paredes, subiendo y bajando de cualquier lugar que pudiera.

Lo hiciste muy bien. Me imagino quien te ha capturado, no es de sorprender. ¿Pero sabes? eso te dará muchas ventajas aquí. Los criminales capturados por la "justicia" tienen destinos atroces. — Edward no sabía si eso realmente debía animarle. — Pero estaré contigo. Eso que no pides pero tienes desde antes de nacer y aunque no lo quieras, te acompaña incluso después de la muerte.

— ...¿te quedarás conmigo?...— Era lo único que necesitaba.

Cuanto menos tienes, más valor tiene uno.

¿Un...amigo? — Sentía que sus cálculos no estaban siendo exactamente correctos, pero eso tampoco sonaba mal. Le gustaba mucho la idea de tener un amigo. Como un perro casi movió el rabo por ello, sintiéndose feliz.



Pronto reconoció el olor de ese hombre, aún así no le pareció erróneo, al contrario, se sintió seguro por su presencia. En tanto al famoso joker, le daba mucha pena ver un caso así. Tan grande y sin nadie que se preocupara por él, era irónicamente un acertijo ver a ese hombre y tenerlo bajo su manto era una muy buena manera de hacer su buena acción del día. Un nuevo compañero en la prisión no estaba mal, seguramente terminarían siendo mejores y unidos amigos.

La pequeña alma no tuvo permitido salir durante un tiempo, mientras su mente tomaba estabilidad y se volvía relativamente apto para convivir con los demás permaneció en su celda, solo cuando se notó adaptación al sitio fue sacado a degustar el desayuno como cualquier otro preso y comenzar la vida normal. Por la mañana despertar para tomar una ducha, después ser arrastrado con los demás hasta los comedores, la comida no era especial o muy llamativa pero contenía los nutrientes necesarios para los cuerpos de cada alfa recluido ahí, porciones racionadas que hicieron a Edward sentirse cada vez más controlado. Si tan solo estuviera en la casa Wayne...no, de ello ya no había posibilidad.

La justicia es...¿omega? (RIDDLEBAT)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt