No llores, mi cielo

Prólogo

Las flores de ciruelo florecían cerca de su ventana, cayendo encima de la sabana. Los pétalos eran suavemente arrastrados a través de la habitación por el viento.

El anochecer había caído como una cortina y la luna se reflejaba en sus pupilas azules.

Todos se habían ido.

Él quedo solo, en esa fría habitación con la ventana abierta, pero eso no le importaba; lo que más le dolía es estar solo en sus últimos momentos de vida.

Hace unos meses, fue detectado con cáncer, ya estaba muy avanzado por lo que no había cura, solo esperar la muerte.

Una lágrima resbalo de su mejilla, no tuvo la fuerza para limpiarse. Observo como los pétalos seguían entrando y cayendo encima de él.

Era muy hermoso, por lo menos moriría con una buena imagen.

A quien engaña.

Dejo escapar un gemido de dolor, en estos momentos deseaba ver por ultima vez a su hijo. Quería abrazarlo y besarlo con fuerza, quería decirle que todo iba a estar bien, que no iba a estar solo y que estaría cuidándolo en el más allá.

Lamentablemente, su suegra se lo había llevado porque no quería que el niño se traumara.

Pero Dios le concedió un milagro.

La puerta de la habitación se abrió y sin que se lo esperara, su hijo entro corriendo con un botiquín de emergencia.

El niño se puso a lado de su cama, tratando de comprender. Se puso de puntillas y coloco en la sien de su madre una bandita.

-Mamá, te voy a curar – dijo mientas ponía sus manitas encima de las manos de su madre – Aléjate dolor, no le hagas más daño a mamá, te lo pido por favor – empezó a acariciar sus dedos -Vete dolor –

Pero, esta vez se teme, que no bastaban los poderes de su hijo.

-¿Funciona? –

Naruto mintió por ultima vez.

-Si, ya no me duele –

Quería alzar las manos y revolver los cabellos de su hijo, pero no podía. Ni siquiera podía abrazarlo y besarlo, como lo había pensado.

-Menma –

-¿Si? –

-Tienes que ser fuerte, tienes que sonreír. Porque mientras no me olvides, no me habré marchado del todo. Yo estaré donde tu estés y aunque te vuelvas más mayor, siempre serás mi pequeño donde quiera que yo éste –

Menma apretó las manos de su mamá.

-¿A dónde vas? ¿Me vas a dejar solo? –

Naruto miro hacia la luna y dibujo una sonrisa.

-Iré al cielo a tocar las estrellas –

Menma negó con la cabeza mientras que las lágrimas se asomaban en sus ojos.

-¡Quédate! ¡Mamá, no te vayas! –

-No llores mi cielo, no me gusta verte feo. Vas a hacer que... llore contigo – Las lágrimas que estaba reteniendo desde que entro su hijo, cayeron como lluvia de verano. Empapaba las manitas de su hijo, pero no podía limpiarlas.

-Lo siento, lo siento tanto –

-Mamá...hic – Menma se limpio sus ojitos -No te vayas –

Naruto alzo la mano con dificultad, sintiendo agujas en sus dedos. "Solo por ultima vez" se dio ánimos a si mismo y sonrió al poder tocar la mejilla de su pequeño.

-No me iré, estaré a tu lado –

-¿Lo prometes? –

-Lo prometo – dijo con dificultad.

No supo si era por las lágrimas, pero sus ojos quedaran completamente a oscuras.

-¡Mamá! –

Naruto se dio cuenta que no era por eso, supo que ya era la hora, cuando sintió como perdía el aire y que su corazón le empezaba a doler. 

-¡Mamá! –

Los gritos de su hijo se escuchaban encima del molesto sonido de la máquina.

-Todo esta bien – dijo con dificultad y toco a tientas las manos de su hijo – Todo estará bien –

Escucho la puerta abrirse y varias voces.

-Menma...-

Alguien le arrebato las manos de su hijo.

-¡No! –

El dolor fue aumentando.

El aire se escapo de sus labios y dejo caer las manos en sus costados.

Una extraña luz ilumino su rostro y escucho la voz de una mujer.

-Lo hiciste bien –

Su cuerpo se relajo y dejo de escuchar ruidos.

Naruto Uzumaki murió a la edad de 25 años, en una noche fría de otoño. 

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Saben que si hay un fanfic igual así, me avisan para que lo borre. Este fanfic esta basado en el dorama "hola y adiós mamá" y en una canción de la oreja de van gogh "Mi pequeño gran valiente"

Aviso: No será igual al Dorama.