Capitulo 2

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En frente del colegio, hay un parque.

A Naruto le gusta sentarse en el columpio, esperando a que su hijo salga de la escuela, esta vez no fue una excepción.

Miro tranquilamente a las personas que pasaban, a las aves de los árboles y a los niños que estaban completamente cubiertos con enormes chamarras. Pronto se acercaba el invierno, por lo que el aire debe de estar frio, así que estaba pensando ¿En que tipo de bufanda le tocara esta vez a su hijo?

Sasuke siempre le mandaba uno en cada navidad ya que no podía dárselo personalmente, por el trabajo.

-Cuando estaba vivo, no trabajabas mucho – susurro – Tu hijo te necesita mucho más –

Naruto sacudió la cabeza y se meció en el columpio.

Solo pasaron unos cuantos minutos, cuando la paz en la que se encontraba, fue interrumpida.

-¡Dios, esa mujer esta loca! –

-¡¿Qué demonios esta haciendo?! –

Varias mujeres detuvieron su caminar y empezaron a señalar a una mujer que danzaba alrededor de un árbol.

-Malos espíritus, aléjense –

La mujer no detuvo su danza a pesar de los comentarios y empezó a tirar agua bendita.

-Esa mujer...- Naruto se levanto y camino hacia la mujer.

-Malos espíritus, no lastimen a los niños – esparció toda la botella en las raíces, junto sus manos, cerro los ojos y rezo.

-¿Es una sacerdotisa? –

-Tal vez –

Naruto se detuvo a lado de ella - ¿Por qué sigue haciendo esto? – pregunto.

La mujer no respondió.

El rubio no pudo evitar suspirar y miro el árbol.

La mujer que se encontraba rezando es una chaman, su nombre es Shizune y es el único ser humano que puede ver a los fantasmas. Ya ha tratado mucho con ella, de hecho fue la primera que conoció cuando ya estaba muerto y según ella quería ayudarlo a llegar al cielo.

Obvio, Naruto se negó.

-Cuando se refiere a los malos espíritus ¿Se refiere a mi? –

Esas palabras hizo que Shizune reaccionara y abriera los ojos.

-Oh, un alma en pena que no puede descansar en paz, espero que Dios lo ayude – aplaudió dos veces y se inclino dos veces.

Naruto no supo que decir, se quedo anonadado.

-Bien, mi trabajo termino –

Shizune se levanto del suelo, sacudió sus ropas y se alejo de ahí a paso lento. La gente que estaba viendo su acto, decidieron hacer lo mismo, después de todo tenían cosas importantes quehacer.

Naruto no se movió.

Shizune detuvo su caminar y miro sobre su hombro.

-¡Oye! –

-¿Si? –

-Tienes que ir a la funeraria – dijo Shizune y continuo – Deja respirar a tu hijo aunque sea un día –

-Que grosera ¿Y te haces llamar servidora de Dios? – susurro Naruto, pero obedeció.

Ya tenia una semana que no iba a la funeraria. La funeraria es donde la mayoría de los fantasmas se juntaban, solo para chismear o para ver al nuevo muerto... ahora que lo pensaba, no estaba tan lejos de la escuela ¿No es malo para los niños?

-Entonces... no lo hacia por mi – miro la espalda de Shizune que se alejaba.


-Esa mujer volvió a bailar enfrente del árbol –

-¿En serio? Me hubiera gustado verlo –

-¿Baila como un mono? –

Naruto al entrar, escucho la conversación de sus compañeros y no pudo evitar sonreír.

Si, la funeraria seguía igual de ruidosa y llena de veneno.

Una niña de pelo largo negro y ojos blancos, dibujo una sonrisa enorme al ver a Naruto.

-¡Hermano! – grito de emoción y lo abrazo – Te extrañe, lleva una semana que no te veo –

-Es obvio, siempre esta pegado a su hijo – comento una mujer de aspecto enfermizo – Prefiere la sangre que a unos desconocidos –

-Por favor, no diga eso – Naruto acaricio el cabello de la niña - Perdóname Hanabi –

-Mmm, no importa hermano – pego su cabeza al pecho del rubio – El hermano Naruto tiene que mantener a su hijo a salvo –

-Ja, es un fantasma ¿Qué rayos puede hacer? – pregunto un anciano de baja estatura y piel morena – Solo traer mala suerte –

-¡Puras idioteces! – una mujer de cabello rojo, maldijo en voz alta - ¡Es un engaño hecho por ancianos, como tu comprenderás! –

-¡¿Qué?! ¡¿Me estas diciendo viejo?! –

El anciano no se quedo atrás y se inicio una pelea verbal.

-Dios, que ruidosos –

Shizune entro con aspecto cansado y cerro la puerta de golpe, haciendo que los fantasmas se callaran. Ella camino lentamente, sus zapatos resonaban en el piso, como si lo estuviera haciendo propósito.

-Esta mujer... ¿Por qué camina tan lento? –

Shizune miro hacia la mujer pelirroja y sonrió – No tengo prisa y creo que ustedes tampoco –

En pocas palabras, quiso decir "Ustedes están muertos y yo disfruto mi vida"

-Bueno ¿A que se debe su visita? – pregunto el anciano y todos estuvieron atentos a la respuesta de la chaman.

Shizune miro a los fantasmas y se detuvo en la pequeña que tomaba la mano de Naruto.

-Hanabi ¿No es hora de que te despidas de tus amigos? –

Hanabi se sobresalto y apretó fuertemente la mano del rubio.

-No me quiero ir...- frunció los labios – No quiero dejar a mi hermano –

Naruto sonrió y le dio varias palmadas en la cabeza.

-Estaré bien –

-¿Por qué el hermano Naruto no viene conmigo? –

Naruto se quedo en silencio. Shizune ya le había dado la oportunidad de ir al más allá, pero se había negado por la razón de que su hijo lo necesita, a pesar de que no lo puede ver o escuchar.

-Todavía tengo algo que hacer –

Hanabi entendió a que se refería y sonrió tristemente.

-Entiendo, creo que yo también tengo algo que hacer todavía en la tierra –

Shizune soltó un suspiro – Dios ¿Qué voy hacer con ustedes? – se froto las sienes – Esta funeraria se esta llenando de fantasmas, uno de ustedes tiene que ir al cielo o al infierno –

Nadie respondió, la idea de ir al infierno suena aterrador. Todos conocen los pecados que han hecho, suicidio, homicidio, muerte por sobredosis y violación.

Eran muy pocos lo que iban al cielo.

-Bueno, al ver que nadie quiere ir al más allá, la Reunión se termino –

Fue la reunión más corta. 

No llores, mi cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora