Capitulo 5

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Pasaron varios minutos. Menma no respondió como de costumbre y solo observo a la mujer. La lluvia ceso y se convirtió en una simple llovizna. Cuando los minutos se convirtieron en una hora, la mujer sonrió y palmeo la cabeza del niño.

-Si necesitas algo, no dudes en pedírmelo -

Menma no respondió, pero de repente como si acabara de recordar algo, saco algo de su bolsillo.

Una foto, Menma le mostro a la mujer una foto de su madre.

-Oh ¿Eso es lo que quieres? Pero no sé dónde está tu madre -

Menma con su pequeño dedo apunto hacia el cielo.

La mujer entendió y no pudo evitar sentir tristeza. 

-Pequeño, me pides algo imposible -

El niño bajo lentamente su mano y agacho la cabeza, la foto de su madre lo apretó con fuerza y al darse cuenta del daño, se dispuso a arreglarlo, ignorando a la mujer que no podía cumplir su deseo.

-Pero ¿Sabes? Tu madre siempre va a estar a tu lado a pesar de que no lo puedas ver. Él está viendo lo que haces, lo que sientes y lo que anhelas -

Cuando la mujer volvió a acariciar sus cabellos, la puerta se abrió. Sasuke se despidió de su socio con una ligera sonrisa y un apretón de manos.

-Me tengo que ir -

La mujer inclino la cabeza y susurro - Recordé que para él nada es imposible -

Naruto se sobresaltó, tal vez fue su imaginación, pero noto que la mujer guiñaba hacia su dirección.

-Nos vemos, pequeño -

Menma la miro como si quisiera pedirle algo, pero termino asintiendo con la cabeza, así que la mujer se dio media vuelta. Pero se detuvo en el lugar donde se encontraba el rubio y dijo con voz seria.

-Cuídalo -

Naruto tuvo una ligera sospecha y cuando quiso preguntar, ella ya había desaparecido.

-Menma ¿Por qué estas todo mojado? - 

-Si te enfermas, vas a seguir estudiando, no debes faltar un día en la escuela-

La tristeza que sentía el rubio, se convirtió en enojo y miro a su ex con furia.

-¡Eres un idiota! ¡Pedazo de iceberg andante! - empezó a lanzar insultos y puñetazos al aire.

Un auto negro se estaciono frente a ellos y el chofer bajo con un paraguas.

-Señor, joven amo - saludo.

-Vámonos - Sasuke tiro el pañuelo y tomo la mano de su hijo.

-Si señor - el chofer puso el paraguas en sus amos y con una mano abrió la puerta de atrás.

Naruto solo los observo y esta vez no se fue con ellos.

 La lluvia que parecía tranquila, se convirtió de nuevo en un torrente de agua. Las gotas traspasaban su cuerpo transparente, anhelaba tanto sentir las caricias y que lo vieran.

"Cuídalo" Las palabras de la mujer se repitieron en su mente y se preguntó "¿Como puede cuidar a su hijo en esta forma?" Ya está muerto, no puede hacer nada, solo seguir observando y maldiciendo a su ex esposo. 

Hoy parece ser un día de mala suerte. O tal vez porque estaba decepcionado se siente horrible, pero pudo caminar hacia el lugar habitual. No había nadie en el templo, todos los fantasmas que nombro no respondieron y tuvo que sentarse en un rincón con la cabeza baja. Pero para su suerte, la lluvia se convirtió en tormenta. Tan pronto como escuchaba los truenos, no podía evitar taparse los oídos. 

Su pequeño también le tenía miedo a los truenos, Naruto no pudo evitar imaginar como estaría su niño, sin nadie que lo resguarde ni le dé palabras de consuelo.

En el pasado, los dos se abrazaban y se decían palabras de ánimo. La pequeña mano de Menma golpeaba su espalda suavemente y él hacia lo mismo hasta quedarse dormidos.

Ahora están completamente solos.

-Dios ¿No crees que morí tan pronto? - susurro - Mi hijo todavía me necesita, apenas tiene seis años, no sabe defenderse, ni sabe cómo cuidarse. Le tiene miedo a los truenos, no les gusta las verduras, no tiene amigos ni tiene nadie que lo aconseje ¿Cómo sabrá mi pequeño que las verduras son buenas? ¿Cómo conseguirá amigos si ni siquiera habla? ¿Cómo sabrá sobre la sabiduría? - 

Naruto cerro fuertemente los ojos y junto sus palmas  - Mi hijo me vio morir, rompí su inocencia. ¡Por favor, ayúdame a regresar! ¡Dios, me puedes llevar contigo cuando mi hijo este estable! Ya no me quedare en el mundo de los vivos - dijo. 

Las luces tintinearon cuando un trueno cayo por decima vez. 

El rubio estaba tan desesperado que ya no le prestó atención a la tormenta. 

-¡Por favor, te lo suplico! - 

Otro trueno. 

-¡Quiero estar con mi hijo! -

Los focos estallaron y el templo quedo en completa oscuridad. 

Pasaron las horas y Naruto no se movió de su lugar, no hasta que la luz de la luna se filtró por la ventana. Las nubes negras se alejaron y las estrellas las reemplazaron. 

Naruto levanto el rostro y se limpió las lágrimas que resbalaban de sus mejillas. Observo a la luna por unos minutos, antes de que se pusiera de pie. 

-Olvida lo que dije, no es necesario que lo haga - inclino la cabeza hacia la luna y salió del templo. 

 Las gotas resbalaban de las hojas de los árboles y caían sobre su hombro. Él nunca levanto la mirada, sus zapatos estaban llenas de agujeros y se enlodaban fácilmente, hasta sintió la tierra en los dedos de sus pies. 

¿Acaba de sentir la tierra? 

Naruto detuvo su caminar, quedo debajo de la copa de un árbol y las gotas empaparon su camisa. 

¿Siente las gotas de agua? ¿Siente el frio del invierno en su cuerpo? 

-No puede ser - 

Un hombre paso a su lado. Naruto levanto una mano y toco el hombro del hombre. 

El hombre se detuvo y miro algo sorprendido al rubio -¿Sucede algo, joven? - pregunto. 

Las lágrimas volvieron a asomarse en sus ojos y con voz quebrada, pregunto - ¿Me puedes ver? -

El hombre algo confundido, asintió con la cabeza.

-¿Cómo soy? -

-Bueno, tus ojos son azules y tienes un cabello... como el sol - 

Naruto soltó un gemido y cubrió sus ojos con una mano - He regresado, estoy vivo - dijo en llanto. 

El hombre no supo cómo reaccionar. 

-¡Estoy vivo! - 

Dios, cumplió su deseo. 






No llores, mi cieloWhere stories live. Discover now