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📍 Ontario, Canada | 26 de Noviembre de 2019


Elena P.O.V.:

Silbé recordando esa canción que escuché en la radio el día anterior que tenía varios años sin volverla a ver mientras colocaba dos panes bien resueltos a calentar. Hay hambre en el penal, señores.

La vida ha ido bien, tranquila y fuera de caos, no más de los que hago al ir al supermercado y no tumbar algo. Por ello siempre voy con cuidado y con la dueña viéndome desde lo lejos. Seh, lo sé, soy un desastre andante.

El timbre sonó varias veces, de forma apurada a lo que fruncí el ceño y abrí la puerta bruscamente con mi cara de preocupación al ver a mi vecina—¿Todo está bien?

¿Tienes azúcar?

—Ñuelamadre contigo, carajita—me quité una de mis cholas y se la lancé a Catalina que solo se rio—¿Qué te pasa maldita loca? Me asustaste

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Ñuelamadre contigo, carajita—me quité una de mis cholas y se la lancé a Catalina que solo se rio—¿Qué te pasa maldita loca? Me asustaste.

Cuando se trata de azúcar si hay que asustarte.

Cuindi si triti di azicir si hiy qui asistarsi—hice el movimiento como si le iba a volver a dar un chancletazo y ella se encogió. Agh, estaba a nada de reventarla a coñazos—¿Cuánto necesitas?

¿Entonces es un si?

La miré mal—Obviamente, ¿no ves que Fer no es mierda conmigo y me va a mandar torta?

Se cruzó de brazos y me vió retadoramente—¿Eso piensas? Yo le puedo decir que no te mande.

Entonces olvídate de la azúcar—agarré la madera, para cerrarle la puerta en su cara, pero escuché un "¡bien!" y sonreí victoriosamente. Saqué el saquito que tenía detrás de la puerta, sabiendo que ese era de ellos, pero no lo sabían y se lo entregué—Toma. Y mí me mandas mi vaina.

Gruñó y se fue de nuevo a su apartamento que quedaba justo al frente. Suspiré y cerré la puerta a mis espaldas.

Otro día más.

Queens Of Noise ||  Moreau's ©Where stories live. Discover now