11. The Accent

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📍 Londres, Reino Unido | 2 de Marzo de 2021.


Vega P.O.V.:

Dos cosas, una sola frase: Odio este vestido con mi alma.

Bajé incómodamente el vestido corto que era de Sara y aunque ella tenía unos centímetros más que yo, me parecía un insulto que esta vaina me quedara corta. Cuando me lo quite, lo quemaré y no me interesa la jalada de greñas de mi hermana. Además, es burda de picoso, ¿Quién mierda se pone un vestido así?

Prefiero millones de veces ponerme una braga de látex como Vilma en Scooby Doo que este vestido.

Mi pie subió de arriba abajo con cierta ansiedad que desconocía de dónde provenía así que le di otro sorbo a la coca cola que tenía justo en mi mano. Si, bien tumba ranchos yo, pero tenía una regla que nada ni nadie me la va a tumbar: Si estoy en un sitio, con alguien a que tenga (extrema) confianza, me beberé una cerveza u otra bebida de mi estilo. Del resto, sobría. Completamente sobría.

Y así lo he hecho, hasta el día de hoy porque estoy con María y esa se mete de vez en cuando unos botellones que la dejan viendo a Chávez en el caballo blanco de Simón Bolívar. Así que tenía una que ser la responsable, que era yo.

Además de que, aunque esté rodeada con mis amigos, aún no tenía plenamente esa confianza. Al menos que no esté ningún hombre ahora mismo, pero no podía poner peros.

Una pequeña risita salió de mis labios al ver Taron tomando a María quien estaba ahora débil por el alcohol que recorría su cuerpo, a lo que su novio la mantuvo entre sus brazos hasta llegar al mueble de la discoteca en donde la sentó y le pasó un brazo por sus hombros.

—¡¿Pero por qué?! —protestó, cruzándose de brazo y el galés acarició su brazo en busca de que se calmara—Déjame ir.

—Estás muy borracha.

—No lo estoy—chilló y se paró, pero cayó torpemente encima del actor, pero él la sostuvo entre sus brazos y la sentó en su regazo para mantenerla a salvo de cualquier accidente. Para lo ambivertida que era María, cuando se emborrachaba era la propia bebé gigante que hacía rabietas porque no la dejaban hacer algo.

Aunque era buena señal que no se había puesto a llorar, como la última vez en Los Roques en 2017.

Un escalofrío recorrió por mi espalda al recordar eso y enderecé mis hombros para olvidar ese momento incómodo. Si, esta chama se puso llorar, y fue demasiado vergonzoso más de lo que quisiera recordar. Me llenó todo el hombro de moco, pero bueh...¿para algo es la familia?

Fabiola regresó con su novio tomados de la mano, tan tranquilos como si no estuvieran en plena discoteca casi que retumbando la música en tus oídos y todos los cuerpos sudorosos se pegaban a ti por obra y magia de la música de moda. Se sentaron en el otro mueble, mientras yo aproveché de revisar mi teléfono otra vez inconscientemente buscando algo.

Queens Of Noise ||  Moreau's ©Where stories live. Discover now