Capitulo 1

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Fecha: 01 de octubre de 1618

Soirse observaba nuevamente el océano como cada mañana lo había hecho los últimos meses, aun tenia la esperanza de volver a casa o por lo menos encontrar a Moira, sabía que su hermana había viajado con ella, estaba segura o al menos lo presentía.

— Eileen. — Bastian llegó hasta ella, era el chico que la había rescatado al llegar a esa epoca. — ¿Que haces?

— Admiro el paisaje. — ella sonrió.

— ¿Enzo sabe que estas aquí? — preguntó.

— Sabe que no estoy en casa. — ella lo miró.

— Lo imaginaba. — el se sentó a su lado. — ¿Los recuerdos aun no vienen a tu mente?

— No y temo que nunca lo harán. — ella negó. — Enzo dijo que quiere ir a Estambul, quiere buscar a Anastasia.

— Pobre hombre, ha sufrido mucho la perdida de su hija. — el negó, observando un barco acercarse. — ¡Corre Eileen!

El joven tomó a la chica de la mano, obligándola a correr tras el.

— ¿Que ocurre Bastian? — preguntó confundida.

— Son tartaros, asaltan los pueblos y se llevan a las mujeres como esclavas. — explicó, llegando hasta la casa de Enzo. — Estan aquí.

El hombre los miró comprendiendo a que se refería el chico, mientras negaba.

— Corran al bosque. — ordenó, mirando a Eileen. — No dejes que te atrapen, no dejes que ellos te atrapen.

El la abrazó dejándola ir, mientras la miraba con tristeza en sus ojos, pues se había encariñado con la joven en ese tiempo.

Ambos jovenes dejaron de correr cuando se adentraron en el pequeño bosque.

— Nos van a encontrar. — susurró Bastian. — No te resistas o será peor, te prometo que voy a buscarte, te encontraré ¿bien?

Ella solo pudo asentir, estaba asustada pero sabia que podía controlarlo, debía controlar su miedo si quería sobrevivir, al parecer, en ese momento iba a empezar la verdadera lucha por su vida.

— No te resistas Eileen. — susurró el muchacho al escuchar los gritos acercarse, dandole una especie de cadena. — Voy a encontrarte, lo prometo.

De pronto se encontraron con 5 hombres que tomaron a la joven rápidamente, llevándose solo a ella.

— Eileen. — Enzo trató de acercarse. — ¿A donde la llevan?

Los tartaros solo le lanzaron un pequeño costal de monedas, pagándole así por la joven.

— Sueltame. — gritó Soirse molesta, golpeando la entrepierna del hombre, haciendo que este la soltase, aunque después fue nuevamente detenida por otros hombres.

La subieron al barco, siendo ella la unica en el, mientras el hombre al que había golpeado la miraba furioso, propinandole un fuerte golpe en el rostro, tirándola al suelo, mientras comenzaba a patearla.

— Basta, la matarás. — el capitán gritó, deteniendolo.

Soirse tosió, escupiendo sangre, mientras intentaba levantarse.

— Atenla. — ordenó el capitan. — No quiero verla correr por todo el barco.

Saoirse no supo exactamente por cuando tiempo navegaron, hasta que desembarcaron y la obligaron a bajar.

— Iremos a caballo a partir de aquí. — ordenó el capitan.

— ¿Donde estamos? — preguntó Eileen adolorida, tenia una horrible marca morada expandiendose por la mitad de su rostro, y también creía que podía tener esa misma marca en su abdomen, pues sentía un dolor latente perforarla.

— No es de tu incumbencia niña. — susurró el hombre.

Viajaron por un día mas, hasta que se encontraron con las tropas de los reclutas jenízaros, con quienes terminaron el viaje en Edirne.

— Tu rostro se ve muy lastimado. — un joven llamado Alexander la miró.

— No solo se ve, lo está. — ella lo miró, dándole una sonrisa, una que el muchacho pensó que era muy bonita, a pesar de su rostro lastimado. — ¿Eres parte de los soldados?

— Nos vamos. — el capitan apretó su brazo con fuerza, alejándola del joven.

— Adiós. — susurró en voz baja, lanzándole un pequeño broche.

Alexander la miraba con pena, tomando el pequeño broche del suelo, mientras se despedía con la mano, alejándose de ahí.

Saoirse observó el enorme palacio frente a ella, mientras negaba, cuando dijo que le gustaria haber estado en ese epoca, no se refería exactamente a eso.

Los hombres la entregaron a un hombre de nombre bulbul agha, quien negó al verla.

— ¿Que le han hecho salvajes? — preguntó molesto. — A la sultana Nurbanu no va a gustarle esto.

— Ella es la salvaje. — se excusó el capitan. — Agredió a mis hombres, tuvimos que darle un escarmiento.

— Largo de aquí. — el hombre les entregó una bolsa llena de monedas de oro, tomándola a ella del brazo. — ¿Como estas niña?

— Esos idiotas me rompieron las costillas. — respondió en otro idioma, hasta que se corrigió a si misma, comenzando a hablar en turco. — ¿Quien es la sultana Nurbanu?

— Mañana la conoceras. — el la miró con una sonrisa. — La sultana Nurbanu desea verte al amanecer.

El hombre la llevó directo a lo que parecía ser una enfermeria, en donde una mujer curó sus heridas y la revisó, comprobando que la joven era virgen.

Le entregaron un vestido y zapatos, mientras la dejaban sola en los baños.

Saoirse se miró a si misma en uno de los espejos, la mitad de su rostro tenia una enorme mancha morada y su labio estaba roto, observó también su abdomen, estaba lleno de moretones, al igual que feas marcas en sus brazos, estaba lastimada, muy herida.

Se colocó rápidamente el vestido, saliendo de los baños, mientras observaba la cadena colgar en su cuello.

Salió de los baños, encontrándose nuevamente con el hombre, quien la guió hasta un hermoso lugar, donde se encontraban mas mujeres.

— Acomodate ahí. — le hizo un espacio.

Saoirse se acomodó, agradeciéndole en voz baja, mientras el hombre le daba una ultima mirada y la dejaba ahí.

La joven no fue capaz de dormir en toda la noche, no fue capaz siquiera de pensar en otra cosa que no fuera lo extraño que todo eso era, ¿porque solo la habían traído a ella? Sabia que cuando los tartaros atacaban los pueblos se llevaban muchas mujeres, no solo una y no como si fuera un encargo especial.

Cerró los ojos confundida, había llegado a Topkapi, la carcel con paredes de oro y donde las almas solían perderse.

¡Gracias por leer!❤

Les dejo una pregunta aquí: ¿Quien es la sultana Nurbanu?

Kösem Mihrişah Sultan ||•Sultan Ahmed•||Where stories live. Discover now