Capitulo 4

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— Su majestad. — Nurbanu fue llamada a los aposentos del sultan a la mañana siguiente.

— Sultana. — sonrió el muchacho, mientras ella besaba su mano. — He visto anoche a una joven.

Nurbanu sonrió, entendiendo a donde iba el sultán, tal y como habia esperado, Sahnaz no pudo permanecer en los aposentos y habia salido.

— Imagino que esa joven tiene cabellos rojos y ojos azules. — ella sonrió.

— La ha descrito perfectamente sultana. — Ahmed sonrió mirando a Nurbanu, pues el realmente creía que la única decisión buena de su padre era haberse casado con ella. — Ella habló conmigo anoche.

— Imagino que así fue, ¿le dijo que es un presente para usted? — ella sonrió, no podía negar que tenia cierto aprecio por el joven sultán, pues habia compartido con el los últimos años.

— Debo agradecerle entonces mi sultana, es la mujer mas bella que mis ojos han visto. — el sonrió, mientras Nurbanu acariciaba su mejilla.

— Mi querido Ahmed. — ella sonrió. — Mi unico deseo es que Sahnaz te haga feliz.

— Le ha dado un nombre hermoso. — el sonrió.

— Esperaba su majestad que fuese usted quien le diera un nombre definitivo. — Nurbanu lo miró. — Y tambien espero que ella le de alegría a su corazón.

— Agradezco su presente sultana. — Ahmed besó su mano en señal de respeto, dejándola ir.

Nurbanu sonrió complacida al salir de los aposentos, Ahmed no iba a ser influenciado por nadie, no iba a permitir que ese chiquilla que se fingía inocente lo enredara, Sahnaz lo ayudaria, ella seria quien lo acompañaria y cuidaría, pues el futuro del imperio dependía de el.

— Bulbul, que preparen a Sahnaz, quiero que esta noche visite los aposentos de nuestro sultan. — ordenó con una sonrisa.

— Como ordene mi sultana. — sonrió, dando una reverencia.

Sahnaz estaba realmente aburrida, el morado en su cara poco a poco se estaba desvaneciendo, mientras que el dolor en sus costillas ya se había quitado por completo, solo dejando la piel maltratada.

— Señorita Sahnaz, la sultana Nurbanu ordenó que la preparasemos para ir a los aposentos del sultan esta noche. — Bulbul entró junto a unas mujeres. — Vistanla y peinenla, no quiero que nadie sepa de esto, ¿me han escuchado?

Las mujeres asintieron, mientras el salia de los aposentos, dejando a la joven sola.

—Tu cabello es muy hermoso. — sonrió una de las chicas. — Nunca habia visto a nadie con este color de cabello.

— Gracias. — Sahnaz sonrió apenada, mientras la chica la acompañaba a los baños.

— ¿No te asusta ir a los aposentos del sultan? — preguntó la mujer, mientras Sahnaz negaba. — Que bueno, seria peor para ti si estuvieses asustada, el sultan aunque es un hombre joven, es muy feo y aterrador, no le gusta que lo vean a los ojos, ni que hablen, debes estar preparada, el no suele ser nada cuidadoso.

— ¿De que hablas? — Sahnaz fingió no saber a que se refería la mujer.

— Ya sabes, lo que ocurre cuando vas a los aposentos del sultan. — ella la miró. — Yo he estado en ellos y solo te recomiendo que te relajes, los hombres suelen ser muy bruscos y el sultan del mundo lo es mas, no le gusta escuchar a las mujeres quejarse y mucho menos quiere oir ningun ruido mientras estas ahí, si lo haces bien, puede y te premie, sino te ejecutará.

Sahnaz abrió los ojos asustada, había leído mucho sobre el sultan Ahmed, sabia que era alguien joven, pero nunca vio información sobre su apariencia y mucho menos sobre las noches en sus aposentos, tenia 15 años, esos datos no solían importarle mucho.

Kösem Mihrişah Sultan ||•Sultan Ahmed•||Where stories live. Discover now