Capitulo 10

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— Te voy a destruir Kösem. — susurró la sultana. — No debiste haberme enfrentado tan directamente.

— No creo que pueda hacer mucho desde el viejo palacio. — susurró la pelirroja.

— Sal de aquí. — ordenó molesta. — No quiero ver tu rostro mas.

— Compermiso sultana. — la pelirroja sonrió, saliendo de los aposentos, para después soltar un gran suspiro. — Oh, creí que iba a matarme.

— ¿Quien iba a matarte? — una voz resonó, asustandola. — ¿La sultana al fin va a deshacerse de ti?

— No tienes tanta suerte maldita barbie diabólica. — sonrió, mientras la rubia la miraba confundida. — Sabes que Mahfiruze visitó anoche los aposentos de nuestro sultan, ¿que se siente que el ya no pida por ti ni desee verte?

— ¿Como te atreves? — le gritó molesta.

— Uy, la noticia parece que no te agradó. — sonrió.

— Eres una maldita vibora venenosa. — la miró molesta Mahpeyker.

— Diría que no, pero no es bueno mentir, es un pecado. — hizo una mueca graciosa. — Ahora si me permites, debo ver a nuestro sultán.

Mihrişah sonrió, dejando a la rubia totalmente enfadada ahí, observando como entraba a los aposentos de la sultana Safiye, mientras ella se dirigía a los del sultan.

— Te he estado buscando niña. — Bulbul la encontró antes de que llegara a su destino. — Nuestro sultan desea verte.

Kösem sonrió por inercia al escucharlo, mientras el la llevaba hasta los baños y la dejaba ahí, para que después la peinaran y arreglaran, un sencillo vestido verde que el sultan les había dado, sin joyas y sin maquillaje, solo una pequeña tiara en su cabello, pues el habia dicho que los adornos solo estorbaban a la belleza de la joven.

La noche cayó y con ello un sultán ansioso esperaba la visita de una joven, la misma que había llegado a iluminar sus días y la misma que en ese momento lo hacia sonreír al verla cruzar la puerta.

— Mi bello sol, mi luz. — Ahmed extendió los brazos hacia ella, mientras la joven corría a abrazarlo. — ¿Donde has estado?

— La sultana Safiye me llamó esta mañana. — ella confesó.

— ¿Que es lo que quería? — el semblante del sultan cambió rápidamente a uno molesto.

— No lo se, dijo que solo quería verme, quería saber quien era y porque la sultana Nurbanu me había traído. — ella sonrió.

— He ido a ver a Mufti paşa, no dio su consentimiento para la ejecución de Mustafá. — el la miró. — La sultana Safiye le ofreció un trato y el aceptó.

La sonrisa de la joven apareció disimuladamente al escucharlo, era momento de comenzar con su plan.

— ¿Como puede la sultana desautorizarlo de esa manera? — ella lo miró, tomándolo de la mano, llevándolo a sentarse para después colocarse sobre sus piernas. — Usted es nuestra máxima autoridad, ella no debería hacer cosas como esa.

— Tienes razón, he pensado como castigarla por esta traicion. — el acarició su rostro. — Tal vez lo mejor sea mandarla al viejo palacio.

— Esa sin duda seria la mejor decisión Ahmed. — la joven sonrió, haciéndolo sonreír también.

— No hablemos mas de esto, he preparado una sorpresa para ti. — el sonrió, tomándola de la mano, mientras ella también sonreía. — Bien, ahora debes cerrar los ojos.

— Pero me caeré si lo hago. — Mihrişah sonrió.

— No, yo te sostendré Mihrişah, yo siempre voy a sostenerte. — el besó su frente, mientras ella asentía y cedía. — ¿Camina despacio bien?

— Como ordene mi señor. — ella dijo divertida, haciéndolo sonreír.

— Hice esto para ti mi luz, mi sol. — el sonrió, mientras ella aun mantenia los ojos cerrados.

— Me intriga saber lo que el sultán del mundo hizo por mi. — ella sonrió. — ¿Puedo abrir los ojos ya?

— No, no lo hagas aun, espera un momento. — el sonrió. — No los abras aun o arruinaras la sorpresa.

— Amo las sorpresas, jamas arruinaría una. — ella rió.

— Bien, entonces ahora si abre tus ojos. — el sonrió, observando el rostro y los ojos de la joven mirar maravillada el lugar.

— Es bellísimo. — sonrió. — Es el lugar mas hermoso que mis ojos han visto.

Ella corrió hasta el, abrazándolo con fuerza mientras una gran sonrisa se asomaba de sus labios.

— ¿Lo hizo por mi? ¿Enserio? — los ojos Ahmed brillaban al verla, mientras asentía.

El sultan no pudo siquiera descifrar que fue lo que mas le gusto de esa noche, si los vibrantes y hermosos ojos azules de Mihrişah brillando al compás de las velas o su suave risa cuando ambos se sentaron sobre el divan a observar las estrellas y solo hablar, contarse secretos, historias, recuerdos.

Ahmed la miraba con adoración, escuchándola hablar y hablar, aunque no entendía de que era, pero ella se veía tan hermosa a la luz de la luna y las velas, que nada mas pudo importarle, no se concentró en nada mas allá de detallar cada parte de ella, desde la punta de su cabello, hasta la punta de sus pies, simplemente observándola, aprendiendo cada gesto, cada ademán, cada sonido que salía de sus labios.

— ¿Que ocurre? — Mihrişah lo miró con una sonrisa, haciéndolo sonreír también. — No diga que no es nada, se que no ha estado escuchando lo que digo.

— Eres como un sueño Mihrişah. — el tomó su rostro, mientras ella se sentaba nuevamente sobre sus piernas. — Uno del que no quiero despertar.

— No tiene que hacerlo mi sultán. — ella sonrió. — No tienes que despertar Ahmed.

La joven entonces lo besó, llenándolo por completo, pues solo hasta ese momento se había dado cuenta de lo vacío que se había sentido sin ella.

Si, esa noche Ahmed no pudo decir que fue lo que lo hechizó, no supo describir que fue lo que de pronto lo atrapó, no se decidió jamas si fue su risa, su dulzura, su mirada, su tacto o al haber hecho el amor tan dulcemente bajo las estrellas, teniendo únicamente de testigo a la luna y ese jardín, pero esa noche, esa noche fue cuando todo inició, esa fue la noche en que un sultán se enamoró.



¡Gracias por leer!❤

Les dejo una foto mal editada de Ahmed y Mihrişah :)

Adjunto mucho amor aquí también ❤

Adjunto mucho amor aquí también ❤

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Kösem Mihrişah Sultan ||•Sultan Ahmed•||Where stories live. Discover now