𝐏𝐚𝐥𝐨𝐦𝐚 𝐈𝐈𝐈; 𝐓𝐑𝐔𝐄𝐍𝐎

26.

NARRA PALOMA

Han pasado casi ocho meses desde aquel día en el que Mateo me pidió matrimonio y todavía lo recuerdo como si hubiera pasado hoy mismo. Obviamente acepté aunque todo fuera un poco precipitado, pero estoy segura de que tomé la mejor decisión posible.

Llevamos solo un mes casados y siento que es un poco complicado todavía, convivir juntos, cocinar juntos, limpiar juntos, hacer la compra juntos... Pero gracias a Dios todo funciona bien y nos entendemos hasta mejor que antes.

¿Qué decir de nuestra boda? Fue espectacular, mucho más bonita de lo que me había esperado. Todos nuestros amigos estuvieron presentes, su familia y mi hermano nos acompañaron en todo momento.

Y sí, mis padres no estuvieron de acuerdo con esto. Todavía odian a Mateo y no se dignaron a venir a la boda. Creo que mi madre es la que tomó esta decisión, porque mi padre sí que lo habría entendido si no fuera por ella.

Aún sin su presencia fue genial. Valentín se encargó de llevarme al altar y ocupar el lugar de mi padre. El momento en el que el sacerdote me preguntó si quería casarme con Mateo fue tan emocionante, fue casi imposible reprimir las lágrimas.

La fiesta duró hasta el siguiente día, bailamos toda la noche sin parar. Mateo no me quitó la mano de encima ni para ir al baño, tratándome como una reina en todo momento. Al fin y al cabo eso soy para él, su reina.

La noche de bodas fue espectacular, pero por desgracia el vestido sufrió bastantes daños. Mateo lo partió por la mitad y me cogió durante horas como a mí me gusta... O mejor dicho, como a nosotros nos gusta.

Aún así, después de la boda tuvimos que volver a lo de antes ya que el curso no había terminado. Hace unas semanas por fin terminó y me siento orgullosa de decir que me licencié en ‘Fisioterapia’. Obviamente con un poquito de ayuda por parte de Mateo, ya que falté a sus clases por más de tres meses.

Con todo lo que pasó no tuvimos tiempo de planear la luna de miel, aunque ya habíamos pensado en algunos sitios. Al acabar la universidad no volví a sacar el tema, aunque Mateo se adelantó como siempre y preparó todo para un viaje a Colombia.

Ahora mismo estamos preparando las maletas y parece que Mateo piensa que nos vamos por tres años teniendo en cuenta la cantidad excesiva de ropa que se llevará.

- ¿Pero no nos íbamos por dos semanas amor? —pregunté al ver que sacaba otra maleta.

- Sí, pero quiero estar siempre fachero. —me guiñó el ojo y no pude evitar reírme.

- Estaba pensando en la boda, fue todo tan lindo. —suspiré.

- Sí, creo que nunca imaginé algo mejor. Si no fuera porque tus padres... Perdón.

- No, no pasa nada. Ellos se lo perdieron. Ya soy mayor y puedo hacer lo que quiero con mi vida y da la casualidad de que quiero estar al lado de mi profesor de bioquímica. —nos reímos.

- ¿Sabes algo?

- Dime.

- Vos sos mi vida Paloma. —se acercó para darme un beso.

¿Les conté que desde la boda se volvió aún más romántico? Quién lo hubiera pensado. Aún así a veces extraño al Mateo posesivo que me dejaba sin poder caminar por tres días después de coger.

Espero que aparezca ese Mateo durante este viaje... Y si no aparece pues tendré que arreglármelas para que aparezca.

- ¿Qué pasa amor? —preguntó al ver mi cara de traviesa.

- Nada, solo estaba pensando en el viaje, en los sitios que vamos a visitar, la comida que vamos a probar. —mentí.

- Vos no estabas pensando en eso, no mientas beba. —sonreí.

- Luego te contaré en lo que estaba pensando, ten paciencia. —asintió.

- Bueno, saldré a comprar lo que falta. ¿Me dejaste la lista sobre la mesa?

- Sí. —yo no tenía ganas de salir porque hacía demasiada calor y lo convencí para que fuera solo.

Algunos lo llaman soborno, yo lo llamo ‘sexo oral’. —me reí ante mi pensamiento.

- ¡Un momento Mateo Palacios Corazzina! ¿A dónde pensás vos que vas con ese short gris? —grité antes de que saliera por la puerta.

Ya hablaremos cuando llegue a casa.

Hola amores. Ya se acerca el final, se viene lo rico, lo sabroso 😈

Para todas las golosas.