Necesito su ayuda urgente, aunque es posible que esté trabajando a esta hora.
El teléfono siguió sonando por unos diez segundos más y finalmente me contestó.
- Hola beba, ¿pasa algo? —me saludó Nicole un poco agitada.
- Hola, necesito tu ayuda.
Debía haber sido un poco más sutil, pero me está matando la ansiedad y quiero resolverlo lo antes posible.
- ¡Para Ivo, es algo importante! —dijo Nicole alzando la voz.
Ay no.
- ¿Les corté el garche? —pregunté un poco apenada.
- No, tranquila. Dime con que puedo ayudarte.
- Es una larga historia, la cosa es que necesito quedarme en tu casa...al menos por unos días hasta que me consiga otro sitio. ¿Puedo? Por favor.
Me siento como una mierda pidiéndole a Nicole eso, después de todo lo que pasó con el hijo de puta de su ex marido.
Creo que la vida a veces es una desgraciada y te regresa absolutamente todo lo que haces mal.
Se llama 'karma' querida. —dijo mi subconsciente.
- Sí, claro que sí. ¿Pero estás bien? —preguntó un poco preocupada.
- Más o menos, luego te cuento cuando me calme un poco.
- Bueno, entonces te mando la ubicación y te espero acá.
- Vale, muchas gracias Nicole. No sé que hubiera hecho sin tu ayuda.
- De nada, solo espero que no sea por culpa de ese hijo de puta. —dijo ella seria.
Si tan solo supieras...
- Bueno, tengo que irme. Besos hermosa.
- Besos en la cola. —dijo ella soltando una risita y colgó.
Agarré mis maletas y salí rápidamente del edificio sin que nadie me viera. Miré la pantalla de mi móvil, no paraban de llegarme notificaciones.
342 mensajes de 'Mi niño hermoso'. Bueno, ahora sería 'Hijo de la gran puta', eso quedaría mejor.
Llamé a un uber y en unos minutos llegó para recogerme en frente de la facultad.
- Buenos días señori...
- Buenos una puta mierda, cerra el ojete. — dije seria — Ay no, perdón. Lo siento mucho señor.
Empezó a reírse descontroladamente y no pude evitar hacer lo mismo.
- No pasa nada. ¿Estás bien? Si quieres puedes desahogarte conmigo.
- ¿Quién te crees para que te cuente mis problemas? Bueno, sí quiero. —empezó a reírse de nuevo.
- Te escucho, pero antes dime tu nombre.
- Paloma. ¿Y vos sos...?
- Zeus.
- ¿Zeus? Me encanta. Bueno Zeus, ¿estás listo para que te cuente mi vida de mierda?
- Más preparado que nunca. —dijo sonriente.
- Todo empezó hace un año cuando...
Después de unos diez minutos ya se sabía todo lo que pasó el último año, hasta con detalles.
- ¿Entonces te puso los cuernos con tu profesora?
- Sí, eso mismo. ¿Te lo puedes creer? Bueno, me lo merezco de alguna manera. ¿Pensas que soy una mala persona Zeus? Ay estoy poniendo demasiadas preguntas, lo siento.
Para un poco tarada.
- Creo que sos una mina que tiene mucho que ofrecer como para estar sufriendo por un tipo que no te merece.
Me quedé en silencio, ¿quien diría que el chófer del uber resultaría ser tan bueno dando consejos?
- Y no, no sos una mala persona. Todos cometemos errores, así es la vida. A veces encuentras tu felicidad destruyendo la de otros.
- Tremendo poeta sos. —dije soltando una risita.
- Bueno señorita, acabamos de llegar a su destino.
- ¿Tan rápido? —tenía ganas de seguir hablando con él.
- Si quieres me doy la vuelta y vuelvo a la facultad para luego llegar de nuevo acá. —dijo soltando una risita.
- Sí, bueno, no. —nos reímos a la vez.
- Hagamos un trato. Como te gusta hablar y a mí me gusta escucharte, ¿qué te parece si esta noche aceptas mi invitación para cenar juntos?
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Zeus
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No se imaginan las ganas que tenía de arrancar con esto, ay maricas nunca me aguanto hasta la fecha que dije JAJJAJAA.
