CONTENIDO LÉSBICO, NO APTO PARA PERSONAS SENSIBLES. SI NO TE GUSTA PUEDES OCUPAR TU TIEMPO COMIÉNDOME EL CULO Y LA CONCHA. BESOS.
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Agarré los bordes de la camisa de encaje que llevaba y estiré con fuerza hasta romperla dejando sus pechos al aire.
Llevé mi mano a su cabello atrayéndola aún más a mí y nuestras lenguas empezaron una guerra entre ellas.
Con mi otra mano agarré una de sus tetas y apreté su pezón retorciéndolo entre mis dedos.
Nicole soltó un gemido y nos separamos por falta de aire. Llevé mi boca a su otro pezón para succionarlo y acariciarlo un poco entre mis dientes.
- ¡Ah! Me vas a matar Paloma. —dijo jadeando.
Solté uno de sus pechos y llevé mi mano a su concha. Ya estaba mojada así que empecé a deslizar mis dedos por su humedad hasta llegar a su entrada e introducir dos.
Los moví rápidamente mientras seguía chupando y mordiendo sus pezones y Nicole llevó su mano a mi cabello para hacerme una coleta improvisada.
Lo agarró con fuerza estampando mi cara contra sus tetas para que no parara de estimularlas.
Paré y la empujé para se cayera en el sofá. Me quité la remera y el corpiño tirándolos por ahí, dejando mis pechos al aire.
Me posicioné entre sus piernas y las abrí al máximo. Agarré el hilo de su tanga y la rompí por la mitad.
- Cómeme la concha, por favor beba. —me suplicó.
Sin pensarlo abrí mi boca y deslicé mi lengua por su feminidad recorriendo rápidamente el camino desde su culo a su clítoris varias veces.
- Dios, no puedo más. —suspiró.
Me levanté un poco y la agarré del pelo atrayéndola un poco más adelante para que pudiera ver como le comía la concha.
- ¿Cómo me veo zorra? —le pregunté y seguí succionado su clítoris.
- Como una puta. La más linda de todas.
Llevé mis dedos a su entrada e introduje tres. Estaba muy mojada, así que no me costó nada.
- ¡Se siente tan bien, ah! —gritó retorciéndose en el sofá.
Levanté un poco mi mirada y la escupí en la cara. Llevó su mano a su cara para limpiarse, pero lo hice otra vez.
Entonces me agarró del pelo y me metió sus dedos en la boca, haciendo que me atragantara con ellos.
Seguí penetrándola con los míos mientras chupaba los suyos intentando aguantar el ritmo.
Le di una bofetada y soltó una risa nerviosa.
- Muy floja. —dijo sacándome la lengua.
- ¿Ah sí? Toma. —le di dos más.
- ¡Dame más! —gimió.
Seguí dándole bofetadas mientras la masturbaba sin parar. Saqué mis dedos y empecé a masajear su clítoris rápidamente.
Se los metí de nuevo y los moví mientras le apretaba el cuello. Los saqué cuando estaba a punto y su concha empezó a llover literalmente.
- ¡Aaah! —soltó un grito de placer.
La agarré fuerte de los músculos apretándolos y empecé a comerle la concha de nuevo.
Sus piernas no paraban de temblar y mi cara estaba empapada en sus jugos.
Pasé mis dedos por su concha una última vez y los llevé a su boca para que probara su sabor.
Agarró mi mano y se la metió en la boca, chupándola mientras me miraba a los ojos.
Se la saqué y me acerqué para besarla mientras frotaba mi feminidad contra su pierna.
- ¿Seguimos? —preguntó sonriente.
Miré el reloj y me di cuenta de que en media hora Zeus tiene que ver a por mí.
