[📌] Capítulo 62

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[9 de Diciembre]
[10 de Diciembre]

[Miércoles - 8:44 pm / Habit. Vicente - 11 de Diciembre]

-Una de las cosas que más podemos reservar y mantener como nuestro, es la soledad. La palabra en si no significa mucho cuando sólo se dice con tanta fluidez entre lengua y labios, es como otro concepto de varios que ya se han visto repetidas veces. Pero, en cambio, su derivada varía y se transforma por completo ya cuando la misma palabra cobra vida y se siente profundamente, atascado dentro del individuo, sin poder salir.

¿Qué es una habitación sin luces si no hay bombillas que iluminen las esquinas más oscuras e infinitas?

¿Qué es de de la calefacción para disimular el frío que se envuelve en el oxígeno tan asfixiante?

¿Qué es de la compañía de alguien si al final morimos separados de los demás?

¿Qué es la soledad?

En dos días, sólo pidió eso. Dos días que han pasado muy rápido durante las últimas horas transcurridas con descontrol; pero eso no es cierto, nunca alcanza a ser la verdad todo el rato. El tiempo va relativamente mucho más lento cuando te sientes atrapado en un bucle de recuerdos que son reproducidos sucesivamente una, otra y otra vez en tu cabeza sin poder tener la oportunidad de presionar un botón de pausa, para calmar la asfixia.

No tiene fin, es así de sencillo, es algo que no comprendemos perfectamente pero la mente la necesita por algún motivo forzosamente extraño.

Este día es eterno, es horrible, es frío, es gris, es nada. Vicente, que aún decaído por el engaño que le arrebató el alma de sus manos, seguía acostado en cama con la vaga necesidad de no querer levantarse ni hacer absolutamente nada durante un buen tiempo.

Por ratos, él aún siente la necesidad de querer olvidar todo lo que pasó, pero a la vez quiere recordarlo, recordar la razón por la que está así, en ese estado.

¿Por qué recordarías algo que te hizo daño hace tiempo? ¿Esa pregunta no te la habías hecho ya anteriormente?

Fue su propia culpa, siempre tiene que ser así de alguna forma u otra, por abrirle el corazón a un chico del cual nunca le importó ni en lo más mínimo su existencia personal ni sentimental; las personas son muy buenas fingiendo con tal de saber lo que eres para luego encontrarte debilidades.

Nunca debió abrirse, nunca debió amarlo, nunca debió dejar de negar que le gustan los chicos.

Nunca debió dejar sentirse despreciado.

A este punto, Vicente sólo puede llorar e intentar ahogarse contra la almohada las veces que sea necesario, sin resolver nada, porque nunca hubo solución a un verdadero problema, todo fue parte de su imaginación, la relación nunca existió y se dejó llevar por ilusiones inalcanzables.

Dos días, ese es el tiempo que ha pasado en su habitación después del baile. Sin salir, sin comer, sin ver a nadie.

Bienvenido sea la oscuridad que se incrusta en las esquinas de la habitación.

Sólo pedía que sus padres llegarán lo más pronto posible a Nueva York, no quería más que irse.

El 12 de Diciembre, eso fue lo que le dijo su padre el día de su cumpleaños. Solamente quería esperar a que llegarán para luego irse de la academia; y si podía, cambiarse de escuela.

No podía más. No quería más.

Bienvenido sea la frialdad que cubre el aire.

De cualquier modo, nadie se iba a enterar de su despedida. Con poca credibilidad, no tuvo amigos ni compañeros.

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