Capítulo 7: Paralelos

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El sonido de la estridente alarma resonó en los oídos de Caitlyn sin detenerse. Con un fuerte dolor de cabeza y un pesado mareo, intentó abrir los ojos, pero apenas podía despegarlos. Esperó a que su novio apagara la alarma, como solía hacer cuando ella no se levantaba enseguida, pero el reloj continuó sonando. Extendió un brazo hacia su lado derecho, donde Pain solía dormir, pero encontró la cama vacía y tendida de su lado. Abrió un poco los ojos y con visión borrosa se incorporó hasta poder agarrar el despertador. Lo apagó, miró la hora y luego observó la luz natural que entraba por el ventanal. La misma lastimaba sus ojos. Supuso que para ese horario Pain ya habría salido para el trabajo.

Caitlyn se desperezó en la enorme cama, intentando que sus ojos terminaran de despertar. Se paró y sintió su cuerpo tambalearse, rápidamente se agarró de la mesita de luz. Tomó aire y se movió lentamente hacia su vestidor. Allí tomó una bata con la que se envolvió y unos lentes de sol, la luz clara le hacía imposible abrir los ojos del todo.

Bajó escalón por escalón la gran escalera de mármol, sosteniéndose con fuerza del barandal. Mientras caminaba, se maldijo una y otra vez por la noche anterior. No sólo por su estado de resaca, sino por toda la escena que le había montado a Vi.

Entró en la gran cocina, y se dispuso a poner la cafetera en marcha. Pero cuando estuvo a punto de hacerlo, encontró una pequeña nota pegada en el artefacto.

"Te estoy esperando en el comedor" eran las únicas palabras que se leían en el blanco papel, escritas por la prolija letra de Pain. Caitlyn suspiró. Sabía que estaba metida en un gran problema. No estaba segura qué tanto sabía su novio de la noche anterior, pero fuera lo que fuera no era bueno.

Se dirigió a la sala y allí estaba: sentado leyendo las noticias con uno de sus elegantes trajes negros. Era imposible por lo pesado de sus pasos que no la hubiera oído entrar, pero no se molestó en levantar la mirada. Una taza de café recién hecha estaba en la silla al otro lado de la mesa. Caitlyn se sentó y lo observó.

— Lindos lentes — dijo Pain todavía mirando el periódico.

Caitlyn no respondió, pero tampoco se los quitó. Estaba nerviosa, con dolor de cabeza, y no sabía que decirle.

— Hay un analgésico al lado de la taza — le indicó.

Miró hacia abajó y vio la pequeña pastilla blanca. Pain se la había dejado con un vaso de agua, sabiendo que se levantaría así. Mientras la tomaba, el joven se levantó sin decir palabra y caminó serenamente hasta ella. Una vez ahí, dobló el manojo de hojas en sus manos y apoyó el periódico al lado de Caitlyn, mostrándole una noticia en la primera plana.

— Realmente tomaron una buena foto, ¿no creés? — preguntó Pain.

Lo único que salía de su boca eran palabras irónicas. Caitlyn sabía que estaba enfurecido con ella. Se acercó a ver y sintió una oleada de pánico apoderarse de ella. Alguien había capturado el momento exacto en el que, ebria, había estado exigiéndole tonterías a Vi en la barra del bar la noche anterior. Examinó la fotografía unos segundos, era terrible. No solo se notaba su estado, sino que podía apreciarse la molestia en el rostro de Vi.

Caitlyn miró a Pain, quien continuaba parado a su lado, esperando.

— Nada pasó — le aseguró.

— Es una muy bonita chaqueta la que Vi trae en la foto — dijo ignorándola — creo reconocerla de algún lado. Ah, ¡sí! Del piso de mi entrada.

Hasta aquel momento, Caitlyn había olvidado el haber tirado el abrigo de Vi al llegar. Se quitó los lentes, avergonzada, y observó a Pain fijamente.

Solsticio de Invierno (Caitlyn x Vi)Where stories live. Discover now