Solsticio de Invierno (Caitlyn x Vi)

Capítulo 9: Sorpresa

Nota: Como ya sabrán, espero y supongo, este fanfic contiene contenido sexual explícito. Como no quiero que nadie se sienta fuera de lugar, marqué con unos *** donde comienzan y terminan esas escenas NSFW. Así que pueden sentirse libres de salteárselas si no son de su agrado y pueden continuar leyendo sin esas partes ♥ 

— ¿Vi?

La voz de su acompañante la sacó de sus pensamientos casi de forma abrupta. La miró  confundida unos segundos, y luego le sonrió.

— ¿Sí? — preguntó intentando esconder el hecho de que su mente se encontraba en otro planeta.

— Decía que es muy amable de tu parte traerme a desayunar.

Vi observó a Cristel unos segundos, y volvió a sonreírle.

— ¿Cómo no? Después de la noche que tuvimos es lo mínimo que podía hacer.

Como ya era casi rutinario, Vi pasaba alguna que otra noche con Cristel. Generalmente solo se acostaban en algún hotel del centro de Piltóver y luego cada una continuaba su camino. Aburrida de aquello, Vi la había invitado a desayunar. Pero la pelirosa no parecía poder mantenerse en el momento ni tampoco prestarle atención a la bella mujer del otro lado de la mesa.

Su cabeza repetía el recuerdo de aquella escapada con Caitlyn de forma diaria. Había pasado más de una semana desde que la había subido a su motocicleta y la había llevado a un lugar apartado, y desde entonces casi no habían cruzado palabra.

En la comisaría se sentaban a trabajar en silencio, y de vez en cuando comentaban algo acerca de algún caso o del expediente del juicio de Silco y Jinx. Pero nada más allá de lo laboral. 

Ninguna de las dos había vuelto a sacar el tema y era como si no hubiera ocurrido.

Pero para Vi no solo había ocurrido, sino que se sentía atascada en aquel instante.

Cristel percibía a la perfección que Vi se encontraba en otro lado, así que simplemente dejó de insistir en conversar con ella y se dedicó a desayunar. Cuando terminaron, sin decir mucho, la pelirosa la subió a la moto y la llevó hasta la comisaría. Cuando llegaron, Cristel la saludó sacudiendo la mano en su dirección y se adentró en el edificio hacia su escritorio.

Vi permaneció unos minutos fuera, reclinada sobre su vehículo.

Caitlyn se preguntaba donde se encontraría Vi mientras continuaba acomodando archivos en la oficina compartida. Molesta, dejó una carpeta en el escritorio improvisado de la pelirosa para que leyera al llegar. No tenía mucho tiempo, y quería darle un par de adelantos sobre el gran juicio. Pero Vi parecía aferrarse al hábito de llegar tarde.

Frustrada, se sentó en su escritorio sin más opción que esperar. Echó un vistazo a su agenda, aquella misma tarde tendría que terminar de elegir los arreglos florales y los manteles para la boda en el Rosedal de Piltóver. Una pequeña sonrisa asomó sus labios ante el pensamiento, pero fue interrumpida por una sensación de angustia en la boca de su estómago. El rostro de Vi a centímetros del suyo apareció en sus recuerdos, e intentó sacudírselo de encima. Pero le era imposible. Si bien intentaba mantenerse enfocada en Pain y su boda, se estaría mintiendo a sí misma si negara que había estado pensando en Vi recurrentemente. Casi de forma diaria, de hecho.

Movió la cabeza de lado a lado, como si de esa forma pudiera borrar aquellas imágenes. Se dijo, una vez más, que era inútil barajar la posibilidad de ambas juntas. Había pasado mucho tiempo, ambas habían cambiado. Además, Pain continuaba siendo increíble con ella. Ambos se tenían mucho cariño y tendrían un lindo futuro juntos.