Capítulo 17: Juegos

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Pain inspiró profundo una vez más, cerrando los ojos con fuerza. Intentó con todas sus fuerzas controlar su impaciente instinto. Exhaló, contando hasta diez, y fijó su mirada en Jinx. Sin emitir sonido, la joven simplemente lo observaba esperando una respuesta. Pain apretó los dientes, tensando la mandíbula antes de volver a abrir la boca e intentó que su temperamento no se apoderara de él.

— ¿Por qué?

Aquella pregunta fue lo único que pudo formular. Fijó su mirada nuevamente en aquel metro sesenta y cinco de estatura. No llegaba a comprender como algo de apariencia tan frágil podía causarle tantos problemas. Jamás había pensado que sería tan difícil controlar aquella pequeña amenaza. Había oído rumores muchas veces de todos los problemas que solía causarle a Silco, pero simplemente no entendía como el hombre podía haberla conservado tanto tiempo ahora que veía las consecuencias de sus irracionales acciones en primer plano.

Sin dejarla contestar, Pain volvió a hablar.

— Tenías un solo trabajo — dijo, dejando escapar un poco de su furia contenida — ¿en qué momento creíste que sería una buena idea traer a Caitlyn hasta Zaun?

Partiendo de la base del plan de Jinx, Pain había creado el propio mucho más elaborado y con una serie de pasos previos a realizar. Pero la joven había decidido pasar por arriba todo lo que él había diagramado. Simplemente se había llevado por delante meses de ataques que culminaban, mucho más adelante, en la captura de Caitlyn.

— Solo aceleré el proceso — contestó Jinx con tranquilidad.

Pain soltó una irritada e irónica risa. No podía creer el descaro de aquella joven.

— ¿Acelerar el proceso? — su tono parecía elevarse cada vez más.

Jinx asintió.

— ¿Con qué permiso? — preguntó en un intento de mantener la cordura.

Jinx simplemente rompió en risas al encontrar el cuestionamiento absurdo. Sabía, desde hacía tiempo, que no necesitaba permiso de nadie. "Mucho menos de Pain" pensó divertida sin poder contener las carcajadas. Después de todo, Silco no solía ponerle límite alguno.

Aquello fue la gota que colmó su paciencia. Pain se paró de golpe de su sofá giratorio y apoyó con fuerza ambas manos en el escritorio que lo separaba de Jinx. Había pocas cosas que lo sacaran de quicio como aquella irrespetuosa risa. Pero lejos de asustarse, Jinx solo parecía aún más entretenida con la escena que se desplegaba frente a ella.

— ¿Ahora qué?, ¿vas a hacer otro berrinche? — le preguntó burlándose de él.

Con paso acelerado, Pain esquivó el escritorio de pesada madera para acercarse a ella. Con una sola mano tomó ambas mejillas de Jinx entre sus dedos y la obligó a mirarlo. Desde arriba, los marrones ojos parecían emanar ira. Jinx le sostuvo la mirada, sin siquiera pestañear.

— Sabés que no tendría problema en ponerte una bala en la frente.

Su tono era bajo pero amenazante. Cualquier otra persona con sentido común habría sentido el peligro en aquellas palabras, pero Jinx parecía ajena a cualquier sentimiento de alerta. Sin romper el contacto visual, se mantuvo callada unos largos segundos.

— Muero de ganas por verlo —respondió finalmente.

De no haber tenido la cara sostenida por el fuerte agarre, habría sonreído de par en par. Pero lo único que pudo esbozar fue una media sonrisa forzando los dedos recubiertos por guantes de cuero en sus mejillas. Todavía sosteniéndola, Pain la observó desde arriba. Los quince centímetros de altura que le llevaba parecían abismales.

Solsticio de Invierno (Caitlyn x Vi)Where stories live. Discover now