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La vibración y la luz iluminada de la pantalla de mi móvil me hace levantar la cabeza. Ya estaba despertando, por suerte lo cojo rápido para ver una llamada entrante de mi madre. Christopher está a mi lado aún dormido por lo que me levanto muy despacio y salgo sin hacer ruido.

Voy despacio con la esperanza de que mi madre cuelgue y no me de tiempo a contestar pero mi madre es perseverante y no dejará de insistir por lo que termino contestando con pocas ganas.

—Hola querida —saluda en cuanto me llevo el móvil a la oreja.

—Hola madre —me burlo usando su mismo vocabulario tan pijo y molesto, solo que ella no nota mi burla.

—Llamaba para desearte feliz cumpleaños.

Una llamada de ella en la que por una vez me dirá algo bonito pero no tardará en soltar alguna indirecta o criticar todo lo que le molesta de mi personalidad, mi físico o mi forma de ser. Nunca dice algo bueno si no viene seguido de veneno.

—Ya que llevas semanas sin llamarme —ahí está la madre que conozco— tengo que ser yo quien te llame. El día en que yo te saqué de mi vientre con mucho esfuerzo.

Como no, que hasta el día de mi cumpleaños ella tiene que ser la protagonista y la que tiene mayor logro.

—Gracias madre por traerme al mundo —aprieto los dientes para no colgarle—. Siento mucho no haberte llamado, he estado ocupada con mis estudios.

—Oh sí, esa tontería que te metió tu padre en la cabeza de ir a la universidad.

Cierro los ojos frotándome la cabeza. Hablar con mi madre siempre me da jaqueca.

—Madre, tengo cosas que hacer —digo deseando colgar ya—. Si solo tenías que decirme eso.

—También quiero avisarte que no hagas planes para el domingo.

Enseguida me deprime el día.

—Mis amigas del club prepararán una merienda y quiero que vengas para charlar contigo.

—¿Puedo llevar a mi novio?

Lo de no presentarlos no lo decía enserio, sigue siendo mi madre y quiero que conozca a Christopher y llevarlo conmigo hará esa merienda de ricas snobs más llevadera.

—¿A quién? ¿Desde cuando tienes novio? ¿Por qué no me lo has contado?

—Es reciente, madre.

Mejor no mencionar que papá ya lo sabe o se desatará el apocalipsis. Le molesta que tenga más confianza y relación con mi padre pero aún así no hace nada por acercarse más a mí. Parece más una madrastra malvada siempre criticándome que mi propia madre. Nunca entenderé porqué pasó de ser una madre cariñosa a la mujer snob y odiosa que es ahora.

—Aún así es una merienda para mujeres —señala—. Ya me hablarás de él.

Más bien me hará un montón de preguntas personales sobre él y de cosas superficiales. Es lo que hizo con todos lo amigos que le mencioné.

—Está bien, iré.

—Eso quería oír —ya me imagino su expresión satisfecha sin sonreír para que no se le marquen las arrugas—. Nos vemos el domingo. Vístete correctamente.

—Adiós madre —respondo y cuelgo para que no le de tiempo a decirme nada más.

Suspiro mirando la pantalla de mi móvil en mis manos. Veo los mensajes de papá me envía siempre el primero a las doce en punto para felicitarme.

No tengo tiempo a autocompadecerme de la madre que tengo ni de contestar los mensajes de mi padre porque suena el timbre.

Abro y me encuentro a Thea.

Red LightsWhere stories live. Discover now