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La felicidad no me cabe en el pecho al ver a mis amigos aquí reunidos por mí. Han un manojo enorme de globos flotando a un lado con globos de felicidades, otro con mi nombre en forma de corazón y otros llenos de confeti brillante.

Es tan bonito que me emociono porque organizaron esto por mi cumpleaños.

—Gracias a todos —digo conteniendo con fuerza para no llorar como una sensiblera a la mínima—. No me puedo creer que estéis aquí.

—Estamos aquí porque te queremos —exclama Chelsea poniéndose en pie para abrazarme la primera.

—Eres nuestra amiga y queremos celebrar tu cumpleaños —Changbin desee su sitio me guiña el ojo—. Aunque te ibas a callar que era hoy.

—Lo pasaremos por alto porque lo importante es celebrarlo —dice Seugmin.

—Pero no olvidaremos que no nos lo dijiste —Minho me lanza una mirada asesina.

—¿Cómo os enterasteis...? —pregunto pero enseguida caigo en la respuesta y miro a Christopher que se hace el loco mirando a otro lado.

—Nosotras si lo sabíamos y lo habrías celebrado igual con nosotras —dice Diana que se puso de pie detrás de Chelsea para abrazarme.

—Y a nosotros que nos parta un rayo, no? —se queja Bastian—. Con la de veces que hice de niñera de tu perro para que os lo montarais y así me lo pagas.

Le hago pucheritos y es al primero que abrazo aunque sigue actuando enfadado.

Abrazo a los chicos uno a uno agradeciendo que estén aquí y sus felicitaciones tan alegres y efusivas.

—Espero que te gusten los globos, Peach, fueron idea mía —me abraza Hyunjin cuando llego a él.

En cuanto termino tomo asiente en el hueco que dejaron en medio de la mesa para los dos. Christopher ya se sentó al lado de Seugmin y yo al lado de las chicas.

—¿Ruel no vino?

Chelsea y Diana se miran y no me gusta la mirada que comparten.

—Le envié un mensaje en cuanto Christopher nos contó el plan de la cena—murmura Diana—, pero no me respondió.

Me desilusiona un poco que uno de mis mejores amigos no haya venido pero recupero la sonrisa porque los demás se esforzaron por mí y no quiero estar triste.

Como somos muchos vienen varios camareros a traernos unas cartas y a repartir el agua en una de las copas y a dejar cestas de pan con mantequilla de ajo. Toman nota en cuanto todos decidimos y la charla de espera comienza tan tranquila. Somos muchos por lo que hablamos por grupos para no gritar de un lado a otro de la mesa y no molestar.

Yo intento hablar con todos un poco hasta que nos traen los platos y comemos tan a gusto el primer y segundo plato.

Unos minutos después de terminar nos recogen los platos y yo ya pienso en el postre, porque siempre hay un huequito para el postre. Pero no me traen la carta sino que Félix se levanta cuando un camarero trae la tarta con las velas puestas.

Se apresuran a encenderla y es Christopher quien saca rápido el mechero para que me traigan la tarta.

Me cantan feliz cumpleaños abochornándome. Felix deja la tarta delante de mi y me sonríe tan dulce.

—Espero que te guste —comenta mientras cantan—, la hice yo.

—Gracias Félix —le doy un beso en la mejilla y se vuelve a su sitio.

La tarta tiene una pinta increíble. Creo que es bizcocho con chocolate por el medio y nata por encima un decorado super elaborado de una flores violetas con un Felicidades Peach escrito en una pequeña tableta de chocolate blanco.

Red LightsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora