4.- Una historia para llegar a la cima.

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James.

Donna se mantiene a mi costado, con una sonrisa expectante. Frente a nosotros, nuestros jefes nos miran como si hubiésemos perdido la cabeza.

—¿Fingiendo ser alguien más en la casa de los Lombardi? —cuestiona Cora —¿Te has vuelto loco, James?

—Siempre has dicho que tenemos que usar métodos imposibles si queremos obtener la mejor información —le recuerdo —¿o me equivoco?

—Métodos que no involucren cargos delictivos —reprende Enzo —¿qué harás cuando el verdadero maestro de danza llegue?

Sonrío, tomé mis precauciones es por eso que me aseguré de que el maestro de danza que la señora Lombardi esperaba, no se presentaría. Parece ser que la amable señora de la línea telefónica solo necesitaba un par de halagos para darme la información necesaria.

—Él no llegará, parece que Massimo Santori salió del país para un curso de ballet en Francia —sonrío un poco más —no volverá hasta dentro de tres meses, eso me da tiempo suficiente para obtener la información que necesito.

Siento la mirada profunda de mis jefes sobre mí. Cora no parece del todo convencida, se mantiene de brazos cruzados mientras seguramente considera la opción de despedirme. Enzo, por otro lado, me observa como si mi idea fuese la mejor de todas.

—De acuerdo —Cora se apoya en el escritorio —tienes un mes. Un mes para traernos la exclusiva, de información de primera mano. Si es suficiente, y convincente, si es la historia que esperamos, entonces podrás considerarte el siguiente editor ejecutivo.

Tengo que retener las ganas de gritar eufórico.

—Y Donna, podrás considerar tener el puesto de James junto con un significativo aumento de sueldo.

Mi compañera y yo compartimos una mirada entusiasmada.

—Solo quiero advertirte que, si te descubren, no cuentes con nosotros —advierte señalándome —no queremos dar mala imagen a la revista. Aunque tal vez podamos hacer algo para que salgas de prisión.

Resoplo, eso es algo que me esperaba de ellos.

—De acuerdo, pero no se preocupen, en un mes tendrán su historia —aseguro —ahora, tengo que irme porque tengo una clase de danza que planear.

Salgo de la oficina con una sonrisa, fue más sencillo de lo que imaginé. Creí que tal vez amenazarían con despedirme o me prohibirían el continuar, pero tuve razón al deducir que Cora no dejaría ir una historia como esta tan fácil.

Recojo mis cosas del escritorio, las guardo dentro de la mochila y salgo del lujoso edificio de Ciao Mondo.

Donna me alcanza cuando estoy por subir al auto.

—James, ¿estás seguro que nadie sospechará? —inquiere mirándome casi indecisa —parece un plan estupendo, pero serás maestro de una chica que ha tomado clases de danza desde los tres años. ¿Cómo harás que no te descubra? No creo que le agrade que un reportero finja ser su maestro mientras intenta obtener información de su familia.

—Bella Lombardi no se dará cuenta —ruedo los ojos —es una adolescente, no me prestará atención. además, tiene una lesión de tobillo que no sanará hasta dentro de tres semanas, así que no estaré haciendo gran cosa. Será sencillo engañarla.

Donna no parece convencida, sin embargo, no insiste más.

—Te mandaré todo lo que obtenga, vendré por las noches para que trabajemos en la construcción de la historia, ¿de acuerdo?

—De acuerdo, tendré todo preparado.

Le dedico una sonrisa, junto con un ademán de despedida, e ingreso al auto.

De una boda y otros desastres. (SL #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora