26.- Deseos pasados y futuros

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Antonella.

El tío Ángelo tiene una costumbre de realizar almuerzos familiares cada determinado tiempo, según él, debemos cultivar el lazo familiar. Sus reuniones no se limitan a ser solo eso, sino que se esfuerza para que la "reunión" fuese en realidad como una celebración.

Así que aquí estamos, con mis primos correteando por el jardín, riendo y una larga mesa para albergar a todos.

—Tu tío me dijo que tendríamos un invitado especial —Mi tío Antoni se coloca a mi costado con una sonrisa en los labios.

Retengo la sonrisa.

—Sí, debe de estar por llegar.

—El hombre me cae bien —admite —mejor que Leo, seguro.

Me rio un poco.

—Leo te caía bien —hace una mueca.

—Sí, pero siempre creí que era uno de esos chiquillos ricos, tú lo querías, así que me reservé mis comentarios.

—James no es un chiquillo rico —ambos reímos.

—No, no lo es. Sabe lo que es luchar para conseguir las cosas que se desean. —Por la forma en la que me mira, sé que no está hablando exclusivamente del trabajo y dinero.

—No imaginé nunca que pudiera enamorarme de otra persona, que pudiera hacer planes con alguien más. Nunca consideré que pudiera sentir amor por otro hombre.

Mi tío arquea la ceja y me doy cuenta de las palabras que he pronunciado. Mi cara arde y suelto una risa nerviosa.

—Es una locura, ¿no es cierto?

—Tu tío Ángelo se enamoró con rapidez de Daphne, matrimonio en menos de un año. Yo caí a los pies de tu tía Sally solo que no quise admitirlo demasiado pronto. El amor no se trata de tiempo, Anto. Nunca va a tratarse del tiempo, se trata de conexiones, de sentir que eres parte de esa persona, que te complementa. Se trata de sentir que la conoces de toda la vida, aunque apenas lleves unas pocas semanas de conocerlo.

—¡James!

Volteo cuando la voz emocionada de Bella se hace escuchar. Fijo la atención en el hombre que ingresa, viene con una sonrisa en los labios, porta un pantalón café una camisa en un tono más claro. Luce tan relajado pero elegante, saluda a mi hermana y a los trillizos que se han acercado junto con Bella y quienes parecen demasiado interesados en el pastel de chocolate que James trae consigo.

Y en ese instante, mirándolo sonreír con naturalidad, que sé que James Cavalli produce en mi todo aquello que mi tío ha dicho. Él produce cada cosa que ha mencionado, y eso me aterra, me produce tanto miedo, pero a la vez no deseo dejar de sentirlo jamás.

Cuando sus ojos se fijan en mí, sonríe un poco más. Mi tía Daphne lo intercepta y toma el pastel antes de que los trillizos, Dante y Lía, puedan acabar con mi pobre chico.

—Señor Lombardi —saluda cuando al fin se detiene frente a mí.

—Solo Antoni —dice mi tío haciendo un gesto con la mano —no hay necesidad de formalidades si ya casi eres parte de la familia.

—Antoni entonces —soy consciente del ligero entusiasmo en la voz de James y eso me enternece —Cara.

Se acerca, su mano descansa en mi cintura y sus labios se encuentran con mi mejilla.

—Bien, esa es mi señal para irme —dice mi tío y se marcha sin esperar respuesta.

—Me sorprende que tus tíos no quieran asesinarme —admite James cuando mi tío se ha alejado —creí que me enviarían a prisión, como mínimo.

De una boda y otros desastres. (SL #3)Where stories live. Discover now