19.- Querer de más.

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Antonella.

Creí que el hecho de que Leo no llegase al altar sería lo más doloroso que enfrentaría después de la muerte de mis padres. Creí que mi corazón no volvería a romperse, pero lo hizo.

Mientras lo miro, mientras él luce tan desesperado, tan culpable...mi corazón se rompe otra vez.

Las lágrimas queman en mis ojos, mi pecho arde con una sensación de traición tan fuerte que me arrebata el aliento.

Cuando Chiara llamó diciendo que había un nuevo artículo que mencionaba lo ocurrido, no imaginé que llegase a ser tan malo. Creí que sería como todos los demás, como los otros cientos que hay en internet hablando de la boda fallida.

Nunca pude imaginar que se en realidad hablaran de lo que ocurrió esa noche, de lo que él me dijo esa noche.

—Te juro que hay una explicación —intenta acercarse, pero me aparto, no tolero su cercanía.

Ahora, el hombre que me hacía sentir tan protegida, tan segura...se ha sumado a la lista de traiciones que he sufrido a lo largo de mi vida.

Y no puedo entender porque lo hizo, no puedo entender porque él fingió ser alguien más solo para utilizarme. Porque dijo todas esas palabras que me hacían sentir tan bien cuando la realidad es que ninguna fue verdad.

Al inicio, cuando leí el artículo, creí que Leo había dado alguna entrevista, porque, ¿de qué otra manera podría haberse enterado la prensa?

Me sentí furiosa, entonces vi el nombre: James Cavalli.

No debí poner su nombre en el buscador, no debí entrar a internet y mirar todas las fotografías que aparecieron en microsegundos. Mi corazón cayó al piso cuando entendí, cuando cada cosa pareció ser colocada en su lugar.

—Anto...

—No hay nada que explicar —mi visión es borrosa, mi voz tan débil que creo que no lo ha escuchado —ya todo está claro.

—No —la firmeza envuelve a su voz a pesar de que luce tan desesperado —nada está claro. Porque esa...esa historia no es la que yo escribí.

Me rio, lo hago sin desear hacerlo en realidad. Me acerco, apenas y tiene tiempo para atrapar la revista que lanzo contra él.

—¡Está tu maldito nombre! —grito —¡Ahí está, James!

—¡Eso no yo lo escribí! —exclama acercándose —Tienes que creerme, la historia que cree, la historia que escribí, nunca mencionó lo que pasó esa noche. Me pediste que no lo contara, Anto, ¿Cómo podría hacerlo entonces?

—No puedo creerte —el dolor explota en su mirada —no puedo creerte cuando estuviste mintiéndome desde el primer momento, cuando llegaste aquí, fingiendo ser alguien más. Cuando conviviste con mi hermana, cuando te dejé ver lo vulnerable que me sentía y tú solo seguiste mintiendo.

—Intenté decirte la verdad, lo intenté —el recuerdo de la manera tan nerviosa en la que dijo que no estaba siendo sincero vuelven a mi mente —iba a decírtelo, pero dijiste que no querías saberlo, así que opté por alejarme, porque no merecías lo que hice, pero te juro, cara, que yo no escribí esa historia.

Las lágrimas queman en mis ojos, el sentimiento de sentirme tan herida, tan traicionada vuelve con más fuerza. Porque creí que esta vez podría ser diferente, porque el hombre que tengo enfrente...me hizo creer que sería distinto.

—No puedo creer en ti —sollozo —ni siquiera sé quien eres, ya no sé quien eres y eso...eso es lo que más me duele, que tú me conozcas tan bien, pero yo no a ti.

De una boda y otros desastres. (SL #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora