28.- Siempre iré contigo

9.3K 1K 228
                                    


ANTONELLA.

Chiara me lanza una mirada emocionada. Retengo la risa ante el estado en el que mi amiga parece haber entrado.

—¿Formalizaron? ¡Por Dios! Ya sabía yo que no podrías pasar mucho tiempo resistiéndote al bombón —me rio con ella —estoy tan feliz por ti, Anto. James es todo lo que necesitas, es sexi, tan apuesto y es un hombre maravilloso, me alegra tanto que al fin se haya atrevido y no desperdicie su oportunidad.

—Estoy tan incrédula con todo esto, ¿no te parece demasiado apresurado? —inquiero —quiero decir, no tengo duda de que quiero estar con él y sé que el tiempo es lo de menos, pero estoy tan aterrada. No quiero perderlo, después de todo lo que ha pasado, James se siente como lo que siempre esperé encontrar, si esto no funciona...

—Deja de ser tan pesimista, chica —pide Chiara —deja de pensar en si va o no a funcionar, y disfruta que estás con un hombre maravilloso que te adora.

No puedo esconder la sonrisa que se filtra en mis labios, ¿Cómo podría? Dirijo la mirada hacia la joya que reluce en mi mano. Tan perfecta, tan brillante y que me recuerda todas las palabras que James dijo aquella noche en mi hogar.

Han pasado algunos días, y sigo sintiéndome exactamente igual a ese momento, con la misma emoción latiendo en mi pecho.

—Sí, supongo que tienes razón.

—Claro que tengo razón —concuerda con una sonrisa —tu mejor amiga nunca se equivoca.

Volvemos a reír.

—¿Cómo recibió la noticia tu tío? ¿No está decidido a realizar una exhaustiva investigación?

—Creo que en realidad ya se lo esperaba —admito —no dijo nada, más que espera que James se comporte a la altura, ya sabes, no puede dejar su lado paternalista de lado.

Dirijo la mirada al reloj, hoy tenía una reunión programada a las doce, y antes de eso había decidido invitar a Chiara a los casinos.

—¿Quieres que demos un recorrido antes de que tenga que encerrarme en la sala de juntas? —ofrezco —podemos jugar un poco.

—Esa no es una invitación que pueda rechazar —sonrío satisfecha y nos incorporamos para salir de la oficina —¿no nos encontraremos a tu chico?

—El área publicitaria está un poco apartada —admito —tienen su propio espacio para trabajar y no están por los pasillos del casino a menos que se requiera colocar algún poster publicitario o se realice alguna campaña.

El casino no suele estar demasiado lleno a estas horas del día por lo que perfectamente podemos acomodarnos en los juegos que deseamos. Chiara siempre ha sido buena jugadora, tiene una habilidad con los juegos de azar impresionante, y aprovecha esta oportunidad para demostrarlo una vez más.

Tomamos un par de copas, y comemos algo entre cada juego, tratando de aprovechar el tiempo disponible que tenemos.

—Ahí está mi chica —giro cuando reconozco su voz. No retengo la sonrisa cuando miro a James, viste tan elegante, pero sin perder su habitual aspecto relajado —Ángelo dijo que te encontraría aquí.

—Hola, ¿no deberías estar trabajando?

—Son las cuatro, mi turno acaba a las cuatro —informa —estaba por irme a casa cuando tu tío me informó que estabas en el área de juego.

Se acerca hasta mí y se inclina para atrapar mis labios entre los suyos. Mi estómago cae al vacío ante el sentimiento, ya me ha besado antes, pero desde que somos novios, todo se siente mucho mejor.

De una boda y otros desastres. (SL #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora