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La pelinegra protestó por el sarcasmo de su padre al decirle que tenía que ir a "Cuidar" a Nayeon, ya que ellos estarían muy "Ocupados en Viena". 

Esa mañana Momo se había sentido un poco mal, le dolía la cabeza y estaba de un humor terrible, pero no protestó con el hecho de que tenía que mudarse por un mes a monitorear a Nayeon. Se sentía cansada, su secretaría le había dejado como mil cosas pendientes que hacer, así que no sabía cómo demonios se arreglaría. 

Cuando llegó a la mansión Im, la sirvienta le dijo que Nayeon salía todos los días de su consultorio a las 3 de la tarde y que llegaba directamente a la casa después de eso, a ella la colocó en el cuarto de huéspedes que era el último de todos los 25 cuartos que tenía la mansión, eso le pareció provechoso, ya que estudiaba griego y lesiones post Morten para sus análisis así no molestaría ni a Nayeon ni a la madre de ella. Desde el día que había tocado el vientre de la castaña, se había sentido un poco deprimida, por ello se había propuesto estudiar mucho y no pensar en la indiferencia de Nayeon para no molestarse además que ya tenía como dos semanas de no dormir, por eso su aspecto de cansancio. 

Los primeros días fueron extraños, la madre de la castaña se empeñaba en meterle plática a Momo, quien contestaba monosílabos pero muy respetuosa, Nayeon no decía nada, solo se sometía a los exámenes que Momo seriamente le hacía, había notado a la pelinegra más delgada y más cansada. Momo se había aprendido todo el protocolo de estudio del embarazo de Nayeon aprendió muchas cosas de este, bueno, era un embarazo más que común, pero le gustó saber qué hacer si en algún caso Nayeon tenía un bajón o un ataque de hiper tensión, cada vez soñaba más con ver a su hija. 

Im había suavizado las cosas, intentó hablar más con Momo que con Jeongyeon que intentaba de todo para conquistarla, pero Hirai parecía demasiado ocupada y cansada como para notar los esfuerzos de la castaña en comunicarse con ella. 

― Creo que está deprimida ― dijo Nayeon un poco preocupada a su madre dos semanas después de que Momo llegara a la mansión. 

― Bueno, tú eres la psicóloga ¿Qué crees que le pase? 

― No sé ― dijo Nayeon despacio sin dejar de ver su libro ― Creo que es mucho trabajo. No se da tiempo para sí misma. 

― ¿Eso crees? ― dijo su madre que tenía una opinión muy diferente de la de Nayeon ― Yo creo que sufre ― dijo al fin sin dejar de mirar un catálogo de cosas. 

― Madre. Momo no sufre, ella no tiene sentimientos... 

― Nayeon me asombra que pienses eso, tanto te dolió que ella no te hiciera su novia que ahora la crees de piedra ― dijo su madre exasperada y ya harta de sus excusas. 

La castaña enrojeció. 

― Madre... 

― Nayeon, atrévete a decirme que es mentira ― dijo desafiante la mujer. Nayeon la miró asombrada y luego sonrió. 

― Momo nunca me ha gustado. No sé de donde sacas cosas más ridículas. Hirai no es nadie para mí, ni lo fue ni lo será ― Dijo la castaña mirando divertida su libro pero sabiéndose descubierta. 

― Ok, entonces no te molestará saber que la señorita Kim, una arquitecta que no ha dejado de preguntar por la "Señorita Hirai Momo" ha llamado como cinco mil veces ― le dijo como quien no sabe la cosa y sin dejar de tejer. 

Nayeon hizo un gesto de enfado que intentó ocultar a su madre tras su libro, pero lo que le molestaba el tono de su madre. 

― Pues no me molesta ― dijo ella encogiéndose de hombros. 

― Bueno, tienes razón, yo creo que es por eso que está deprimida, la debe tener sufriendo esa chica ― dijo SeAh. 

Nayeon quería que a su madre se la tragara la tierra. 

¡Eres su madre! (NaMo Version)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum