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Al día siguiente Momo se despertó a las 10 de la mañana, Nayeon se había ido ya, la extrañó un poco pero sabía que ahora la castaña la amaría como ella lo hacía. Era hora de comportarse como una mujer a punto de ser madre, se bañó, se puso un traje negro para salir a trabajar y luego bajó rápidamente a comer algo para irse, SeAh intentó convencerla para que se quedara a descansar, pero ella le dijo con amabilidad que si hacía eso se iba a volver demasiado gorda, bebiendo la leche de la casa.

La pelinegra salió con paso decidido a su oficina.

El resto del día se la pasó revisando casos de homicidios y cuando eran la una, pidió su auto a su chofer y salió a toda velocidad al despacho de Nayeon, la secretaría de la castaña se sorprendió de verla ahí, la verdad que la última vez que la había visto, fue peleando a grito partido con Nayeon por un incidente con la ex novia de ésta, una preciosa neozelandesa que ahora estaba casada con una modelo tailandesa.

La pelinegra se paró frente a la secretaria y pidió ver a Nayeon.

― Ella está con una paciente ― dijo con indiferencia profesional.

― Dígale que estoy aquí ― dijo Momo con una autoridad sutil.

― Ok, por favor espere ― dijo la secretaria tomando su teléfono y llamando a la castaña que escuchaba desesperada a una señora que se quejaba de que su gato se había tirado de la azotea y no había caído precisamente de pie ― Doctora se encuentra fuera Hirai Momo ― dijo ella mientras Nayeon miraba a la señora.

― Ok, espera.

― Le digo que no creo en el suicidio animal ― dijo la mujer mirando al techo mientras Im tomaba nota.

― Ni yo ― dijo la castaña serena ― Dile que me espere 5 minutos ― le dijo a su secretaria.

― Dijo que esperara 5 minutos ― dijo la secretaria mientras Momo tomaba una revista con aires de superioridad y la miraba con una cara de soy muy importante.

― Mire señora Lee, lo que le paso a su gato fue hace un buen par de meses, deje que descanse en paz y duerma un poco, ahora si me disculpa, ya ha terminado su tiempo ― Nayeon ayudo a la mujer a tomar sus cosas.

― Gracias doctora ― dijo ella ― Pero es que no se me pasa, él era mi mejor amigo.

― Compre otro gato ― dijo Im con una sonrisa mientras salían del consultorio.

― Claro ― dijo la mujer asombrada ― Tiene razón, el pasado, pasado.

― Eso es ― Momo se puso en pie y miró a la vieja que salía del lugar murmurando algo de gatos cobardes y suicidas.

― Hola bunny, ¿Cómo estás?

― Yo bien, esperaba que descansaras más.

― No, no, si sigo durmiendo terminare como esa anciana murmurando por lo bajo ― dijo Momo acomodando su saco ― Vengo a invitarte a comer...

― Que coincidencia.... ― se oyó la voz de Jeongyeon ― Eso venía a hacer yo.

― ¿Jeongyeon? ― dijo con impaciencia Nayeon.

― La misma ― la secretaria de Nayeon no comprendía nada, pero le extrañaba que Jeongyeon apareciera sin llamar.

Momo puso sus manos dentro de sus bolsillos molesta.

― ¿Qué quieres ahora? ― dijo la pelinegra sin dejar de mirar a la indeseada visita.

― Vengo a invitar a mi mejor amiga a comer ― dijo ésta como si nada.

¡Eres su madre! (NaMo Version)Where stories live. Discover now